A Gustavo Alfaro le han dicho de todo en el último año: predicador, orador, ‘vende humo’ y tantos calificativos más. Pero nadie le puede quitar el membrete que tuvo el valor de apostar por nuevos futbolistas en la Selección.
A Gustavo Alfaro lo adoran y lo critican. Esa disensión es usual en un deporte en el que la comunidad asume conocer hasta la saciedad de tácticas, estilos de juego, perfiles de jugadores idóneos para las convocatorias.
Gustavo Alfaro se ha replanteado algunos escenarios en la Selección. Está dispuesto a hacer correcciones en beneficio de alcanzar el gran objetivo, que es ir al Mundial de Catar, pero sin renunciar a su tesis.
¿Podrá la Selección clasificarse al Mundial de Catar? Ojalá lo logre. Pero para eso, los futbolistas, el entrenador y la dirigencia tendrán que hacer las correcciones indispensables y, sobre todo, urgentes.
La participación de los deportistas ecuatorianos en los Juegos Olímpicos de Tokio aún nos tiene alucinados. Neisi Dajomes, Richard Carapaz, Tamara Salazar, Angie Paola Palacios, Alfredo Campo, Lucía Yépez y Luisa Valverde nos dieron medallas y diplomas, pero sobre todo mostraron al mundo la perseverancia y persistencia para alcanzar metas.
¿Perder ante Brasil estaba en los planes? Claro que sí. El técnico Gustavo Alfaro había dejado un mensaje entre líneas antes del partido: “Contra Brasil es un desafío, pero contra Perú es una obligación ganarle”.
El arbitraje en el fútbol siempre generará inconformidad en los equipos, especialmente en dirigentes e hinchas, independiente del resultado. El árbitro siempre será un potencial sujeto de críticas, ya sea por equivocarse al sancionar una equis jugada (ojo: que la revisa en centésimas de segundos) o por omitirla.
Gustavo Alfaro se convirtió en un sinónimo de unión en el fútbol ecuatoriano. Logró juntar en una misma mesa a futbolistas de equipos locales antagónicos, que solían mirarse con desdén, aupados usualmente por hinchas, entrenadores y dirigentes.
La FIFA le dio el respaldo a los clubes europeos y no a las asociaciones de fútbol de Sudamérica en el tema de la cesión de los futbolistas para las Eliminatorias Sudamericanas. Era algo anunciado. Su presidente, Gianni Infantino, evitó problemas en un momento crucial de negociaciones, en la que la UEFA evita desesperadamente que les funden una organización paralela a la Champions League.
La estructura del fútbol ecuatoriano sigue endeble. La situación del Olmedo, un equipo que apenas puede habilitar a 16 jugadores, muestra cómo se sigue operando en el país. Es una burla e irrespeto con el consumidor de esta actividad.
Los triunfos de Richard Carapaz, Jhonatan Narváez y Jonathan Caicedo emocionan, unen al país y sobre todo dejan un mensaje urgente: impulsar el ciclismo.
Apostarle al futuro genera expectativa. Eso es lo que proyecta la Selección en estos días, después de su debut en las Eliminatorias.
Gustavo Alfaro es un entrenador sensato que no requiere de asistencias para que lo ayuden a escoger a los futbolistas que llamará a la Tricolor.
Tito Rosales Cox Editor deportivo Twitter: @titorosalescox Gonzalo Plata muestra su calidad técnica en el Sporting de Lisboa, en estos días. Eso es alentador porque su crecimiento beneficiará al fútbol del país, especialmente a la Tricolor, que es la que más urgencias tiene.
La LigaPro está en la obligación de transparentar sus procesos antes de que empiecen los campeonatos. Omitir información sobre habilitaciones de futbolistas, pasivos que arrastran los clubes… muestran aún la frágil estructura por la que atraviesa el fútbol.
Editor deportivo twitter: @titorosalescox
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La propuesta de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) es interesante. Dar un vuelco a las estructuras de la organización, sentar bases que establezcan un camino al desarrollo yen el que puedan beneficiarse clubes y selecciones.