La lupa de Tito

Análisis y visión del deporte. Empedernido con los ingresos y gastos en el fútbol, baloncesto, tenis...

Tito Rosales Cox

Tito Rosales

Periodista en medios desde 1989. En el Grupo El Comercio desde 1992. De todo un poco: estudios de Marketing, fútbol y deportista aficionado. Hoy es editor deportivo. @titorosalescox

El ‘amor y odio’ para Gustavo Alfaro en la Tri

A Gustavo Alfaro lo adoran y lo critican. Esa disensión es usual en un deporte en el que la comunidad asume conocer hasta la saciedad de tácticas, estilos de juego, perfiles de jugadores idóneos para las convocatorias. Y hasta resolver sobre la marcha (ojo: en segundos) cómo atacar o defenderse. Así es el fútbol. Pasa en Ecuador, en Colombia, Chile, Brasil, Alemania…, en todos lados, en la que los entrenadores, futbolistas y dirigentes se encuentran en un esce­nario público, sujetos siempre a críticas.

Y la Selección está englobada en ese espacio en que el aficionado se acostumbró a verla peleando, en los últimos 23 años, por los cupos al Mundial. Esa es una de las razones por la que aficionados y periodistas aducen contar con las licencias para criticar, en ocasiones despiadadamente, sobre cómo guiar a un equipo.

Pero nadie se ha puesto en los zapatos de Alfaro. Lo han tildado de ‘arrogante’, por sus últimas declaraciones de que solo le tienen que rendir cuenta a la afición del país y a sus familias; también de ‘vendehumo’, un exabrupto de un exseleccionado, y un sinnúmero de descalificaciones, hasta cierto punto, irrespetuosas.

Es necesario hacer un ‘remember’, el antes y después de Alfaro. Hay que partir de que la FEF se encontró con un desorden en la Selección, en la que había libertades extremas para los futbolistas, con licencias, también muchos que se creían indispensables, o dueños ‘de la pelota’, tal como se dice en los peloteos entre amigos.

Coloquialmente, se puede decir que Alfaro casi empezó de cero. ¿Por qué? Apostó por jugadores jóvenes que pudieran darle un sostén a la desafiante eliminatoria de todos contra todos. Y sobre todo al final, dejar una base para los próximos ocho años. A él le tocó lo más difícil, que fue la reconstrucción de un equipo, algo que ha logrado progresivamente y es un mérito.

Alfaro ha hecho debutar a 30 futbolistas en la Tri, comprendidos entre 19 y 24 años, hecho también destacable. ¿Qué hubiera pasado si seguíamos con los que terminaron la última Copa América o los que se negaron a volver a jugar porque supuestamente no había futuro?

Es necesario reflexionar, con argumentos y sensatez, sobre la actual Selección, que a la fecha sí es la base para las próximas eliminatorias y que tiene al país en expectativa, porque está en el tercer puesto, y cerca de ir al Mundial 2022. En ese escenario, Alfaro sigue siendo el centro de atención, porque escoge a los jugadores, hace planteamientos, cambios, recibe críticas… Es necesario mirar los méritos del estratega y no repetir errores del pasado que se cometieron con otros entrenadores.