En el contenido del Editorial sobre la fusión de las empresas petroleras estatales se cometió un lamentable error diciendo que se trataba de Petrocomercial y no de Petroamazonas la que suma ahora a Petroecuador, como en efecto sucederá. Ofrecemos disculpas.
El 12 de agosto mi tía abuela necesitaba asistencia médica urgente en el área de neurología, ella se sentía mareada, ciertos espacios de nuestra casa no reconocían y se desmayaba constantemente, por lo cual decidí llamar al Ecu 911 para pedir una ambulancia. Al momento de la llamada me atendió un señor, a quién le manifesté los síntomas que presentaba mi tía y que adicional a esto le habían detectado que era covid-19 positivo, pero ella era asintomática. Este señor me supo manifestar que no había unidades disponibles y que no podía poner mi solicitud en alguna lista de espera, porque tenía la orden de solo dar ambulancia a las personas con covid-19 que tuvieran problemas respiratorios graves. Como se puede evidenciar, viví en carne propia el colapso del sistema de salud en nuestro país, pues no hubo ninguna ambulancia disponible ni tampoco ninguna casa de salud pública quiso hacerse cargo de mi tía. Lo único que se pudo conseguir fue asistencia médica vía telemedicina.
La pandemia ha traído un sinnúmero de consecuencias políticas, económicas, pero sobre todo si de seguridad social se trata, podría decirse que el impacto causado genera bastante incertidumbre e incomodidad a los ciudadanos. Los delincuentes han llegado a tomar las ciudades de nuestro país de una manera nunca antes vista, pues el miedo y la decencia ya no son un impedimento para ellos, ahora incluso ni encontrarnos a plena luz del día o estar en un lugar con gente alrededor evita que estos actúen con violencia y descaro. Robos en autobuses, amenazas en las calles, asaltantes que invaden los semáforos con armas, son algunas de las constantes inseguridades que se ve obligada a soportar constantemente la población ecuatoriana. Por lo cual es necesaria la intervención de las autoridades para al menos tratar de controlar esta situación que cada vez se vuelve más insostenible.
Resulta por demás evidente que la Asamblea al haber llamado 36 veces a la señora Ministra de Gobierno para tomarle cuentas en base a cuestionarios infructuosos, intenta hacernos creer que le importan mucho los asuntos de Estado. Revela que está consciente de su desprestigio. Los asambleístas se han mantenido “ocupadísimos” distrayéndose de su función: la fiscalización que, por los hechos conocidos, debería empezar casa adentro. Y qué decir de la legislación -su otra importante función- que la mantienen rezagada y sesgada, y no aprueban las leyes que necesita urgentemente el país para combatir la corrupción, y para mejorar el sistema de salud.
El 2020 ha sido un año duro. La pandemia del coronavirus ha cobrado la vida de miles de personas a nivel mundial y otros miles de personas han perdido sus empleos. Pero existe una pandemia más grande que se viene lidiando desde hace siglos: el racismo.
Según informa la prensa, el expresidente Rafael Correa enjuiciado en el caso Sobornos solicitó el recurso de casación por errónea interpretación del Art. 42 del Código Integral Penal (COIP). Dicho Art 42 señala dos tipos de autoría: directa y mediata. Se acusa de autoría mediata a quienes: instiguen a otra persona para que cometa una infracción; ordenen la comisión de la infracción (mediante orden … o cualquier otro medio fraudulento); obliguen a un tercero a cometer la infracción (por abuso de autoridad …, u otro medio coercitivo); ejerzan un poder de mando en la organización delictiva. Ante esta contundencia jurídica los dos tribunales dictaron la sentencia que conocemos. Y ahora el expresidente no podrá alegar que no hay pruebas porque la autoría mediata no requiere recibos de los pagos indebidos. Baste recordar que fue el mismo expresidente quien enjuició a diario El Universo y a sus dueños, por delito mediato, a causa de un artículo de opinión escrito por un articulista del diario
Muchos acontecimientos recientes han puesto en evidencia el perfil de asesores y consejeros que algunos actores políticos utilizan para rodearse de personas que, lamentablemente, no están en capacidad de aportar en nada para el avance del país.
Antes de entrar en la pandemia, para mí como estudiante universitaria era normal tomar un bus en la mañana, para dirigirme a mis clases presenciales con toda normalidad. Sin embargo lo que antes era algo tan cotidiano ahora parece un sueño distante.
Tras la pandemia del covid-19 muchas naciones y familias han perdido millones de vidas de una manera inesperada. Por eso surge la interrogante de si todos los casos informados en las noticias y por el gobierno son reales y actualizados. En mi opinión, no y esto no debido a que no quieran informar a la ciudadanía, sino a que ya no pueden contabilizar el número muertes.
El 30 de septiembre de 2010 es recordado como el día de la infamia, fecha en la que se cobraron vidas de forma innecesaria, fruto de la prepotencia y la tiranía.
La aprobación del Código de la Salud en la Asamblea ha puesto a la vicepresidenta en un “laberinto”, según expresión del también ex vicepresidente llegado de Costa Rica gracias a indulto del autor de la “década ganada”. El personaje en referencia resalta las convicciones cristianas de María Alejandra frente a unas normativas que demoraron ocho años para ser tratadas y aprobadas y no “entre gallos y media noche”. Los valores que están en juego no son producto de dogmas o creencias religiosas; tienen que ver con valores fundamentales del convivir ciudadano, como el de igualdad, justicia y derecho del ser humano a defender el principio de la autonomía y libertad. Dicho, en otros términos, el Código de la Salud aprobado, sin ser una maravilla, es un avance en la búsqueda del bien común, cobijados por la ética laica y no confesional. Si la señora vicepresidenta tiene intenciones de renunciar por esta causa, si el presidente Moreno lo aprueba, quiere decir que no ha leído la Constitución.
La angustia de los padres por la salud de sus hijos suele ser directamente proporcional a lo exasperante del llanto del infante. No importa la causa. Más aún, si el dinero no es problema, que sopese los honorarios médicos a la vida. Aunque seguramente me equivoque, desafiando los designios de Dios, se niegan a aceptar los malos pronósticos de una enfermedad en particular, incompatible con la vida. Siempre habrá galenos dispuestos a ofrecer tratamientos exclusivos, innovadores, onerosos y hasta empíricos.
Alguna vez dije que odiaba la política. ¿Cuáles eran mis motivos? Probablemente coincidirán con los suyos. A unos meses de regresar a las urnas y realizar el sufragio, me di cuenta de que este es el mejor momento para poner sobre la mesa la gran pregunta: ¿por qué no debatimos?
Esta semana han pasado arreglando las veredas del espacio que supone ser verde en la Plaza de las Américas, causando bastante congestión al tránsito. Yo no camino por ahí, pero paso en auto diariamente hacia y desde el trabajo cuatro veces al día, y la verdad es que rarísima vez se ve personas a pie en ese “círculo”. Es posible que las veredas hayan estado deterioradas, pero me pregunto si era tan urgente arreglarlas cuando hay muchísimas otras cosas que deberían ser prioritarias, y que tal vez requieran de menos dinero, como la cantidad de calles y avenidas en las que ya no hay líneas de separación entre carriles ni señalización horizontal como en la misma avenida América; o que están tan desgastadas que no se las ve como en la avenida de la República, y por ende los vehículos se paran en la mitad de un carril, o abren adicionales causando el caos. De igual manera ya no existen pasos cebra porque la pintura ya ha desaparecido en muchísimos sitios, y los peatones corren aún más peligro
Como sabemos ha habido una aglomeración en los centros de salud pública, debido a la pandemia, y esto ha perjudicado de una manera significativa a las personas que no han podido ser atendidas, ya que si bien es cierto se ha dado prioridad a las personas que presentan síntomas relacionados con este virus, dan menos importancia a la gente que presenta otro tipo de enfermedades.
A partir de la propagación del covid-19, según Emaseo, se ha notado un incremento del 40% en desechos de tipo médico, sanitario y doméstico. Quito cuenta con 2,5 millones de habitantes aproximadamente y se genera 1,1 kg de residuos por habitante al día, promedio de 63.290 toneladas al mes.
Ningún hombre es perfecto, pero la idea en todo ser humano es superarse, alcanzar bienestar de vida y no ser sometido a ningún tipo de vejámenes, donde todos tenemos los mismos derechos. La utilización de la politiquería con fines de enriquecimiento ilícito habría entusiasmado al curita José Tuárez. Pero su endiablado emprendimiento no duraría mucho, ya que en un santiamén acabaría su vida política y abandonado por el correísmo. Pues bien, hace tiempo atrás lo conocí, sacerdote joven con vocación religiosa y realizado los votos: de castidad, humildad y pobreza. Perteneció a una de las Iglesias de la ciudad de Ibarra, y era conocido dentro de la parroquia por ser dinámico, solidario y salpicado de picardía decían sus feligreses; después lo perdí de vista hasta las elecciones del Cpccs. ¿En qué esquina se desvió de la senda de Dios?; conservar el voto de humildad, pero lo de “poverello de Asís” acabar en manos de la corrupción.
Las preocupaciones por el coronavirus han hecho que varios eventos y conmemoraciones queden relegadas, como si esta emergencia estuviera enterrando el pasado y obligándonos a replantearnos todo.
El secretario de Gabinete de la Presidencia manifiesta que, “una Comisión de Alto Nivel con representantes de todos los sectores económicos, productivos y sociales del país analizará las fortalezas y debilidades de cada área y producto, con la finalidad de proteger a nuestros campesinos, emprendedores e industriales”, tomando en cuenta que EE.UU. es “el mayor comprador y vendedor del país”.
Se denomina así al intento de Adolfo Hitler por hacerse con el gobierno alemán a través de una insurrección armada, el 8 de noviembre de 1923.