La pandemia ha traído un sinnúmero de consecuencias políticas, económicas, pero sobre todo si de seguridad social se trata, podría decirse que el impacto causado genera bastante incertidumbre e incomodidad a los ciudadanos. Los delincuentes han llegado a tomar las ciudades de nuestro país de una manera nunca antes vista, pues el miedo y la decencia ya no son un impedimento para ellos, ahora incluso ni encontrarnos a plena luz del día o estar en un lugar con gente alrededor evita que estos actúen con violencia y descaro. Robos en autobuses, amenazas en las calles, asaltantes que invaden los semáforos con armas, son algunas de las constantes inseguridades que se ve obligada a soportar constantemente la población ecuatoriana. Por lo cual es necesaria la intervención de las autoridades para al menos tratar de controlar esta situación que cada vez se vuelve más insostenible.
Debido a esto, no podemos especificar sectores que pertenezcan al Distrito Metropolitano de Quito que se hable de seguridad o inseguridad, cuando es una constante tanto en este como en sus ciudades satélite, valle sur y valle norte también se ven afectados por este fenómeno negativo que causa zozobra dentro de nuestra sociedad, copando el pensamiento individual el ejercer una justicia por mano propia como consecuencia de la falta de cuerpo policial.