El 30 de septiembre de 2010 es recordado como el día de la infamia, fecha en la que se cobraron vidas de forma innecesaria, fruto de la prepotencia y la tiranía.
Una justa protesta de parte de las FF.AA. y Policía por la reducción de los beneficios sociales y eliminación de estímulos en la carrera profesional fue manipulada por el propio Jefe de Estado para generar caos, conflicto, lucha de clases. Los uniformados decidieron elevar su voz de protesta ante aquel atropello y obtuvieron una terrible respuesta desafiante mediante la confrontación, el descrédito y el ataque, liderado por el entonces presidente y secundado por una partida de antisociales que con palos y piedras generaron caos en un hospital en el Norte de Quito. El manejo de esa crisis demostró la incapacidad del entonces Jefe de Estado que bloqueó toda vía de negociación y avivó el conflicto cobrando la vida de uniformados de la Policía Nacional, Fuerzas Armadas y uno que otro malandrín que también intentó sembrar caos.
Existen preguntas que no han sido contestadas luego de 10 años de la tragedia, por ejemplo ¿Quién ordenó iniciar el ataque contra el Hospital de la Policía? ¿Por qué el canciller de aquel entones instigó un operativo de rescate con civiles en el Hospital? ¿Existió alguna sanción por estos actos contrarios a la ley?