La libertad estética se flexibiliza en planteles de Ecuador, pero no detiene el bullying. Desde fines del 2022 se acepta el uso de accesorios, tonos y tamaños de cabellos y más que reflejen la identidad de los alumnos.
Diana Castellanos, subsecretaria para la Innovación Educativa y el Buen Vivir, explica que la libertad estética empieza por el acuerdo de llevar un uniforme para identificarse con un colegio.
Además del uniforme hay características que muestran la personalidad de los alumnos como el largo y color del cabello, piercings, tatuajes, maquillaje. Este tipo de cosas solían ser penadas no hace mucho con sanciones disciplinarias.
Pero a partir de octubre del 2022, el Ministerio de Educación emitió una circular en la que prohibió la vulneración del derecho a la educación por el no uso del uniforme y al derecho de los estudiantes al libre desarrollo de la personalidad que involucra el uso de accesorios y más.
Aunque si los accesorios son de tamaño considerable y ponen en riesgo la integridad física del alumno, compañeros y profesores su uso debe cesar por seguridad.
El Código de Convivencia se flexibiliza
El Código de Convivencia, creado por cada plantel público o privado, establece que dentro de una comunidad educativa se creen ambientes propicios para el aprendizaje y socialización de los alumnos.
Este instrumento ha tenido variaciones en los colegios de acuerdo con la libertad estética como: no limitar las sanciones por la apariencia personal.
Es así que autoridades y alumnos crean y aceptan acuerdos que beneficien a ambas partes sin generar discriminación u hostigamiento.
En la Unidad Educativa Manuela Cañizares, en el centro norte de Quito, el proceso de acuerdos y modificación del Código de Convivencia empezó en 2017 y se incorporó en 2022.
Mariana Pérez, rectora, explica que en este lugar los estudiantes son libres de expresarse con modificaciones corporales (tatuajes, piercings) o tamaños de cabello sin tener una sanción.
“Los profesores, autoridades y alumnos vamos modificando nuestra aceptación a la diversidad de imagen dentro del colegio”, comenta Pérez.
Fernando Ocaña, coordinador del DECE de la institución, dice que no se han suscitado problemas en la aceptación de estudiantes como de profesores en los últimos cinco años.
Para mantener la seguridad indica que las autoridades cesaron el uso de varios anillos grandes que eran empleados como armas de pelea por algunos jóvenes. Ahora pueden usar uno pequeño.
Además, se limitó el uso de chompas con capucha y mascarillas, pues servían como camuflaje para cometer robos dentro de la institución.
Pero los alumnos pueden usar sacos y buzos delgados sin capucha de los colores del uniforme (azul marino, celeste). “La libertad no se debe confundir con el libertinaje”, enfatiza.
William Rosero, rector de la Unidad Educativa Juan Montalvo, en el centro norte, reconoce que antes sí se sancionaba. Se hacían reportes y llamados de atención a los estudiantes por tener cabello largo y usar piercings o pulseras.
“No somos aptos para juzgar a las personas por su apariencia”, añade. La flexibilidad empezó hace dos años y se respeta el uso de maquillaje y estilos de cabello. Hoy no hay sanciones por la apariencia física.
Tras la pandemia empezó la flexibilización
En la Unidad Educativa Carlos Ponce Martínez Fe y Alegría, al sur de Quito, la flexibilización empezó tras la pandemia asegura su rectora Kattya Capelo.
Al caminar por los pasillos de la institución se ve a estudiantes con maquillaje y diferentes tamaños de cabello y colores de fantasía (azul, verde…).
También se flexibilizó lo que Capelo llama “tema candente”. Se trata del uso de dos uniformes. Tras dialogar con los estudiantes se conoció que se sentían más cómodos con el calentador.
Es decir se permite el uso del calentador por temas de comodidad y solidaridad con las personas de bajos recursos. No ejercen ninguna sanción.
Mishel Bernal, psicóloga y analista DECE de la Unidad Educativa José María Velaz, situada en el sector sur de la urbe, comenta que la libertad de apariencia es asumida por las personas para crear un estilo.
Explica que en la educación incluir y aceptar la diversidad estética fue un proceso difícil para el centro, pues tuvieron que adaptarse y despojar estereotipos sobre la apariencia física y formas de expresión.
La flexibilización y el respeto a la misma empieza desde las autoridades, profesores, inspectores y alumnos. Por la apariencia física no existen sanciones y ni vulneración de derechos.
Bernal enfatiza que en esta institución dentro del Código de Convivencia no consta el derecho del libre desarrollo a la estética y personalidad.
La situación se ha modificado para eliminar prohibiciones de acuerdo con la apariencia física del alumno.
El bullying no termina con la flexibilización
“Lo diferente es lo que se rechaza”, apunta Rocío Villacís, psicóloga clínica. La nueva visión de los colegios por incluir y aceptar los rasgos de una personalidad no acaban con las burlas, acoso ni bullying dada entre pares, es decir entre alumnos.
La experta dice que con esta iniciativa flexible las críticas crecen. Esto se da porque aún existen categorías estéticas para distinguir a un grupo por estilos de música, deportes, vestimenta y más.
El rechazo y burlas empiezan al salirse de los límites de las categorías, es decir, implementar un accesorio, colores al maquillaje y al cabello. Dar un toque personal a estos estilos causa una expulsión de un grupo y las agresiones se propician al que se ve diferente.
El abuso y hostigamiento son físicos con golpes, pellizcos y emocionales con calificadores y comentarios a su físico.
La erradicación del bullying debe ir de la mano de la educación en los colegios y hogar con el principio de no opinar sobre el cuerpo de los otros, asegura Villacís.
Sanciones por hostigamiento
La subsecretaria, explica que dentro de la Ley Orgánica de Educación en el artículo 2.1 del literal B habla de la no discriminación y prohíbe de forma directa a todas las personas del sistema educativo a generar procesos discriminatorios, de restricción por temas de cultura, religión y aspectos físicos.
De igual forma, en el artículo 7 de la ley apunta que los niños y adolescentes deben ser tratados con justicia, dignidad y no discriminación.
Las personas (autoridades, profesores) que incumplan con la normativa serán sancionadas de forma pecuniaria (monetaria) y administrativa.
Pero si el hostigamiento es propiciado por un semejante (alumno) se activan las Rutas y Protocolos Disciplinarios, impulsados por la cartera de estado de Educación.
Las sanciones van desde un reporte hasta la reubicación del presunto agresor en otro plantel.
Castellanos, asegura que las sanciones si se cumplen. Como fue el caso de Maddox O. D. un estudiante, de Manta, que fue obligado a cortarse el cabello por un compromiso unilateral del colegio.
La entidad encargada del control activó los procesos para precautelar la seguridad y que se elimine la notificación del colegio por el tema de apariencia, pues el alumno no cometió ninguna falta.
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