Solidaridad, riesgos y controles
La crisis energética que afecta a nuestro país, además de las acciones urgentes que deben adoptar los organismos públicos y privados, en el ámbito de sus competencias, nos obliga a actuar con solidaridad mediante el uso más responsable de la energía eléctrica y el agua; la conducción vehicular sin egoísmo para evitar la congestión de tránsito principalmente en las intersecciones; la comunicación de información comprobada; la formulación de propuestas de solución a los problemas, con el compromiso de acompañar en su aplicación, para que no sea únicamente la vitrina para la exhibición de supuestos expertos.
A esta crisis que afecta a todos, pero con mayor dureza a los más necesitados, debemos convertirla en la oportunidad de unir esfuerzos con la participación de todos los sectores para elaborar y ejecutar un plan de generación, interconexión, distribución y recaudación, utilizando todas las alternativas existentes y el uso de tecnología moderna, para hacer frente a los riesgos provenientes de la naturaleza como la sequía, que es una de las principales causas de la crisis por su dificultad de controlar, y de la acción humana, que tiene sus orígenes en la ineficiencia y la corrupción acumuladas, frente a las que no se han adoptado acciones oportunas y efectivas.
Para evitar la ineficiencia y la corrupción, se deben diseñar y aplicar procesos automatizados que promuevan la transparencia y el control social en cada una de las etapas desde la generación hasta la recaudación de la energía eléctrica, con la evaluación de los riesgos para establecer controles específicos que prevengan errores o irregularidades y que faciliten su identificación oportuna para la adopción de acciones correctivas por las autoridades.
Mario Andrade Trujillo
¿Qué esperamos del futuro?
Realmente qué difícil resulta predecir lo que podría pasar en el futuro en función de todos los actuales acontecimientos que estamos presenciando, tanto a nivel nacional como internacional, ya que nos estremecemos y nos angustiamos, pues parecería que no habíamos advertido antes tantas situaciones trágicas y desconsoladoras, solo nos llegan noticias que nos inquietan y preocupan.
Miremos algunos casos para podernos ubicar en el tema propuesto: en el plano nacional, mucha incertidumbre por las próximas elecciones presidenciales y de asambleístas, tanta proliferación de candidaturas, no sabemos a ciencia cierta entre tantas papeletas a quien seleccionar. Los inesperados y frecuentes incendios, nunca vistos antes y sin saber con certeza quienes los provocan o si son por causas naturales. Los actos terroristas, las muertes por sicariatos, la permanente lucha por los territorios por las bandas del narcotráfico y la delincuencia organizada. La cantidad de juicios por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y otros hechos, donde están involucrados jueces, abogados, de la fiscalía, en fin todo un intrincado grupo de personeros que se han vinculado con las mafias y con los carteles internacionales. Sentencias que se producen y se otorgan beneficios para disminuir las penas y dejar en la impunidad infinidad de casos, quién puede ya confiar en la justicia. Cortes de la electricidad por el problema de la falta de agua para funcionamiento de las hidroeléctricas, racionamiento de agua, en fin solo situaciones negativas.
Internacionalmente, es realmente trágico que no se pueda poner fin a esas guerras que se producen entre Rusia y Ucrania, Israel con Palestina por erradicar el grupo terrorista Hamás, situado en la franja de Gaza y las confrontaciones de bombardeos entre Israel e Irán, Israel y Líbano por el grupo terrorista Hezbolá, de la línea chiísta musulmana, que opera en el sur de Líbano, siendo de esta línea también Irán e Irak, contraria a la mayoritaria denominada sunita, prevaleciente en Arabia Saudita, Jordania y Egipto. Todas estas guerras internacionales pueden desembocar en una tercera guerra mundial, pues el armamento nuclear se encuentra principalmente en Estados Unidos y Rusia, siendo que estas dos potencias deberían estar unidas, como ocurrió en la Segunda Guerra Mundial y durante los años de la Guerra Fría, que evitó ya un enfrentamiento de ese nivel, si no habría sido por la intervención del Presidente John F. Kennedy y el Primer Ministro Ruso, Nikita Jrushchov, durante la crisis de los misiles en Cuba en 1962. Las próximas elecciones en Estados Unidos, también muy inciertas, con dos contendientes que tienen prácticamente cada uno un 50 por ciento de posibilidades de triunfo, me refiero al ex – Presidente Donald Trump que representa al Partido Republicano, de la línea conservadora y la actual Vicepresidenta Kamala Harris, del partido Demócrata de la línea liberal. Los tornados continuos como uno reciente que afectó los estados de la Florida, Georgia y Carolina del Norte, en fin se multiplican los casos.
Quisiéramos estar optimistas y pensar que vendrán tiempos mejores, que la tecnología tan avanzada, ayude a combatir en mejor forma las enfermedades, prevenir quizás los desastres naturales, aumentar la productividad con menos dependencia humana, pero siempre con una predisposición al servicio de la humanidad, para evitar la pobreza y sobre todo el hambre, pues requerimos mejoramientos en la generación de alimentos y en la salud para la oportuna detección de las enfermedades.
Revistámonos de buen ánimo, de positivismo y esperemos que el Todopoderoso nos proteja y nos cuide permanentemente en este continuo azote de la humanidad, no solo de las guerras fratricidas, sino también de la furia de la naturaleza, con terremotos, inundaciones, sequías, incendios y todos esos fenómenos naturales que destruyen la vegetación, matan gente y animales, destruyen hogares y crean el caos.
Hernán Patricio Orcés Salvador
Fecha: 4 de octubre del 2024