El gasto público está cayendo, pero casi todo ajuste ha caído en la inversión. Se ha atacado mucho ese frente y muy poco el gasto corriente. A estas alturas, el gasto de inversión ya ha llegado a niveles que parecen excesivamente bajos.
El día miércoles, en la UDLA, tuve el honor de participar en el conversatorio “Perspectivas del mercado laboral” con dos importantes sindicalistas, Edwin Bedoya, presidente del FUT de Pichincha y José Villavicencio, ex presidente del FUT Nacional. Para el buen escuchador hubo mucho que aprender, tanto por lo que se dijo como por lo que quedó implícito.
Corría el mes de agosto de 2014 y el Ecuador vivía los últimos días del espejismo petrolero. Paralelamente, un gobierno que sólo existía para gastar los recursos públicos, se daba cuenta que su modelo económico ya no iba a tener ese crudo con precios exorbitantes que había sido el sostén principal para financiar su derroche.
En la curiosa y única economía ecuatoriana ocurren cosas inesperadas. La relación causa-efecto entre ciertas variables es muy distinta a la que se aprende en los libros de texto y a lo que pasa en otros países.
Ser economista en el Ecuador es un oficio fascinante pues nuestra economía, única en el mundo por sus características DPP (dolarizada, petrolera y populista), es un apasionante objeto de investigación.
Definir la palabra globalización es complejo, porque, al ser un fenómeno en constante evolución, toda definición que se le dé, puede quedar rápidamente desactualizada. Pero lo que sí es evidente es que es un proceso relacionado con el “globo”. Y el las mentes de los seres humanos, el globo terráqueo existe (con certeza) desde hace relativamente poco tiempo.
El domingo pasado, dos de cada tres suizos votaron a favor de endurecer las normas sobre tenencia de armas en su país. Algo que a primera vista parece una simple decisión racional, en realidad tiene varios méritos adicionales.
La pesadilla del pérmico es lo que conecta una pésima constitución, una profunda ignorancia de la realidad, un amor por el populismo y la capacidad de otro país de invertir y producir.
El precio del petróleo está al alza y podría mantenerse subiendo por un tiempo, pero, a diferencia de épocas pasadas, ese precio tiene un tope.
A veces la realidad es fea. A veces nos da ganas de, en palabras de un gran poeta, extender “las alas y emprender el vuelo, lejos de este mundo, lejos de este suelo, donde tiene un trono la vulgaridad”.
En el Ecuador cada vez hay más máquinas “inteligentes” controlando las entradas y salidas de los parqueos. Eso, que puede verse como un signo de progreso, también es el resultado de un absurdo régimen laboral que incentiva a las empresas a reemplazar seres humanos por máquinas.
Poca gente hay tan antipática como los aguafiestas, porque son los que le quitan la alegría a los momentos más felices. Personalmente, todavía recuerdo con disgusto al profesor que, en la fiesta de segundo curso, nos apagó la música a las 9PM. Pero el que sean antipáticos, no modifica el hecho de que, a veces, son necesarios y sobre todo en economía. Porque las fiestas, económicamente hablando, son dañinas y la única manera de hacerlas menos dañinas es enfriarlas, justamente en el mejor momento. El problema es que aquellos que llegan, en el momento de mayor expansión económica, a decir que “hay que bajar el volumen”, son tan mal recibidos como lo fue mi profesor de segundo curso en la infausta fiesta mencionada. Recordemos una historia económica de hace casi tres décadas. A mediados de los años 90, el Ecuador recuperó su estabilidad económica y, de golpe, se volvió uno de los mimados de los mercados financieros internacionales. Eso hizo que muchos capitales entren al país en búsqueda d
Peppa Pig es una encantadora cerdita, un personaje de dibujos animados que bien podría ser la versión porcina de Dora Maar (la musa de Picasso). También es un ejemplo de cómo la industria del cine se beneficia de la globalización. El personaje, creado en Inglaterra, ya era exitoso en Occidente y sus creadores supieron aprovechar este mundo globalizado, encontraron los socios ideales y convirtieron a ese ídolo de preescolares en un hit en la China, el mayor mercado de cine del mundo.
Cuando el Ecuador se dolarizó, lo hizo con casi USD 400 millones menos de lo necesario para convertir en dólares la totalidad de sus sucres. Pero una creativa idea permitió que el país culminara el proceso. Y la dolarización ya lleva 19 años de azarosa vida en la que ha demostrado una enorme capacidad de sobrevivir.
En la primera clase de economía en cualquier universidad del mundo, lo primero que se estudia es que esta ciencia existe porque los bienes y servicios son escasos en el planeta y que la manera de luchar contra esa escasez, es producir.
Es triste, pero el gobierno está anunciando que va a dar un subsidio al monopolio de transporte urbano individual de personas, más conocido como “taxis”. Es una buena manera de demostrar la escasa importancia que le dan, desde el gobierno, a la competencia en los mercados, algo que podría ser descrito como “esa cualidad que vuelve al capitalismo útil para la sociedad”.
Realmente desagradable e incomodo el aumento del precio de la gasolina. En serio y sin ironía. Pero claro, después de cada buena farra, siempre viene un buen chuchaqui. Y todo chuchaqui es desagradable, peor aún uno causado por una farra de 36 mil millones de dólares, de tres dólares por galón o de quince dólares por cilindro.
Hace 20 años nació una de las más exitosas políticas sociales del Ecuador: el Bono de la Pobreza, que posteriormente cambió su nombre a Bono de Desarrollo Humano, pero que ha sobrevivido estas dos décadas manteniendo la esencia para la que fue creado.
Imagínese que usted contrata a una persona con un sueldo mensual de 1.000. Tres meses y un día más tarde usted decide que debe prescindir de esa persona. Usted le pagó 1.000 mensuales por 3 meses y, por despedirlo, tendría que pagarle 3.477 adicionales, que es la suma de indemnización y la parte proporcional de decimotercer sueldo, decimocuarto sueldo y vacaciones.
Cuando en un país las empresas no compiten entre sí, entonces lo que se tiene es un sistema económico “con empresas privadas”, pero no un “sistema de mercado”. El Ecuador es un caso así, algo que confirma la más reciente publicación del World Economic Forum, WEF.