País que no compite...

Cuando en un país las empresas no compiten entre sí, entonces lo que se tiene es un sistema económico “con empresas privadas”, pero no un “sistema de mercado”. El Ecuador es un caso así, algo que confirma la más reciente publicación del World Economic Forum, WEF.

Porque en el Ecuador se trabaja con ahínco para desaparecer la competencia entre empresas, poniendo desde elaboradas leyes hasta “semáforos” en los alimentos y permisos para los taxis. Y a casi nadie le importa.

El mencionado Foro es una fundación suiza que, además de organizar reuniones (entre esas la conocidísima de Davos), también recopila datos sobre el funcionamiento de las diferentes economías en el mundo, las ordena, sistematiza y publica un índice de competitividad que aparece en su Reporte Global de Competitividad.

Ese índice incorpora más de 100 variables, a las que se les da diferentes pesos y con las que, finalmente, se trata de medir cuán “competitivo”es un país. El concepto de competitividad, a veces, parece confuso, pero en realidad sólo se refiere a la capacidad de un país de producir a buenos precios en comparación con el resto del mundo o, como dice una enciclopedia, “la capacidad que tiene un país de participar en los mercados internacionales de manera exitosa”.

En la versión más reciente del índice hay 12 “pilares de la competitividad” y uno de esos es “el mercado”. Dentro de las muchas variables que definen la salud del mercado está el nivel de competencia en el mercado interno de cada país y es justamente ahí donde el Ecuador está especialmente mal.

Porque en ese punto, nuestro país ocupa el puesto 129 de 140 analizados. En otras palabras, somos uno de los países donde menos compiten las empresas en todo el mundo.

A nivel mundial, los países donde más compiten las empresas son los Estados Unidos y Japón, mientras que en América Latina, Chile y Costa Rica son los que ocupan los mejores puestos. Y sólo hay 11 países donde las empresas compiten menos que en Ecuador, de los cuales 4 son latinoamericanos (Bolivia, Nicaragua, Venezuela y Haití).

No es fácil medir el nivel de competencia en un país, pero el WEF lo hace hábilmente, de una manera indirecta, en función de temas observables (como: “¿Cuán común es que en su país cambie el líder de un mercado?).

El gran problema es que mientras las empresas no compitan en el Ecuador, les va a ser muy complicado competir con el resto del mundo. Y la lluvia de aranceles, medidas proteccionistas, trabas, permisos, autorizaciones, certificados, licencias, etiquetas, patentes y más cosas que se exige en el país, hacen que entren pocos competidores nuevos.

Y cuando lo hacen, les meten presos o les tiran piedras como lo están haciendo con esos taxis “alternativos”.

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