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La única medalla que he cargado en mi vida es la de la Virgen María. La del Mérito Nacional la llevaré en el corazón como latido de esperanza.
Solo amamos lo que conocemos. Y solo conocemos lo que amamos.
“Hildegarda, una mujer que apostó por su liberación en un mundo tóxicamente masculino. No es poco en los albores del siglo XI alemán”.
Una joven madre de familia (sola, soltera y solitaria) me decía, al contemplar el derroche navideño, que se quedaba anonadada ante el consumo galopante y compulsivo de la gente. Sin duda que se trata de un consumo asimétrico y chocante.
Eso dice el villancico, aunque no sé si será verdad para todos. Hoy es un buen día, al amparo de la Noche Buena y de la Navidad, para ir al fondo, al interior del corazón, allí donde se cuecen, se pudren o reviven nuestras esperanzas mayores y puede que mejores.
El pasado viernes, 10 de diciembre, celebramos el Día de los Derechos Humanos.
Por los pasillos de nuestros hospitales, en nuestros barrios y ciudadelas sacudidos por la violencia, en nuestras cárceles dominadas por las mafias del narcotráfico, se cruzan cada día infinitos dolores.
Es el título del último libro de Irene Vallejo (Siruela, 2019) sobre la invención de los libros en el mundo antiguo.
El presidente Guillermo Lasso otorgó la condecoración de la Orden Nacional “Al mérito”, en el Grado de Comendador, a monseñor Julio Parrilla Díaz, obispo emérito de la ciudad de Riobamba, Chimborazo.
Mi tía Talida decía que cuando los ojos se inyectan en sangre se vuelven ciegos. Es el preludio de una violencia difícil de controlar que acaba emponzoñándolo todo.
Chile recorre un camino de elaboración de su nueva Carta Magna. No será fácil y, en cualquier caso, tendría que ser una Constitución inclusiva.
Siento que sobre las prisiones (sobre todo el sistema carcelario) ya no hay mucho más que decir. Toca callar, guardar silencio, llorar y rezar.
Me refiero a los que se nos han ido de casa sin pegar ningún portazo y ni siquiera abandonar el hogar, los que siguen muy a gusto cobijados en su nido, comiendo la sopa boba y cargándolo todo a la cuenta de papá (comida, ropa, estudios, viajes, farras,…) y todavía se cabrean si la camisa […]
En cualquier momento la violencia puede estallar de nuevo. Pensar que el control de las prisiones es sólo una cuestión de orden o de uso de la fuerza es una ingenuidad. Los motines habidos en Cuenca, Guayaquil, Quevedo y Latacunga no fueron más que la crónica de una muerte anunciada. Quizá (sólo quizá) se han […]
Hace años, siendo Obispo de Riobamba, tuve que sufrir una demanda, junto a otras personas que, de forma ecológica, nos oponíamos a la reforestación de algunos páramos de Chimborazo.
He seguido muy de cerca, mientras fui presidente de Caritas Ecuador, pero también ahora, el trabajo que realiza Caritas con los empobrecidos por causa de la pandemia.
El Monasterio de Carmelitas Descalzas de Riobamba ha sido mi refugio y frecuentemente mi nido durante los últimos ocho años.
Parece que la condición humana necesita homenajear y ser homenajeada. En muchos casos es justo y necesario.
Traspaso político y pandemia han dejado en evidencia algunas realidades harto problemáticas, especialmente la polarización de la vida política y la soledad que corroe la vida de muchas personas.
Siempre me llamó la atención que a los vivos se les llame mortales. Una vez más he reparado en ello a raíz de la pandemia con su río desbordado de muerte. ¡Cuánto dolor disimulado a golpe de fiesta clandestina! La inconsciencia es una forma de defenderse frente a la tragedia y al dolor. Pero lo […]