La Asamblea Nacional francesa aprobó este martes en primera lectura una proposición de ley que legaliza y regula por primera vez la eutanasia para enfermos incurables que padecen sufrimientos insoportables.
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El resultado de la votación fue de 305 votos a favor y 199 en contra. Ahora el texto pasará al Senado en otoño, antes de regresar a la Asamblea para el debate en segunda lectura, previsto para comienzos de 2026.
Unanimidad en cuidados paliativos y respaldo presidencial
Los diputados franceses también dieron luz verde, con unanimidad de los 560 votos emitidos, a otra proposición de ley que garantiza el acceso a cuidados paliativos para todos los enfermos que los requieran.
El presidente Emmanuel Macron valoró ambas decisiones como “una etapa importante”, según publicó en redes sociales. Añadió que el país avanza poco a poco en un “camino de fraternidad” con “dignidad y humanidad”.
Apoyos, rechazos y un proceso legislativo complejo
La ministra de Sanidad, Catherine Vautrin, expresó satisfacción tras la aprobación, aunque reconoció que el proceso parlamentario aún no concluye. Afirmó que seguirá buscando “un consenso lo más amplio posible”.
El texto sobre la eutanasia recibió el respaldo del bloque de izquierda y del centro macronista. La derecha conservadora votó mayoritariamente en contra, aunque algunos diputados de esa corriente votaron a favor, dado que cada grupo dejó libertad de decisión a sus miembros.
Este proyecto enfrentó un recorrido legislativo complicado desde 2022, interrumpido por las elecciones anticipadas de 2024.
Qué establece el proyecto de ley
La propuesta permite que pacientes graves o incurables, en fases avanzadas o terminales, accedan a una ayuda activa para morir si enfrentan sufrimientos físicos o psicológicos constantes.
Requiere, además, que los enfermos expresen su voluntad libre hasta el día de aplicación, lo que excluye a personas en coma o con Alzheimer avanzado.
Un grupo médico debe analizar la solicitud en un plazo de quince días. Si la aprueban, inicia un periodo de reflexión de dos días, durante el cual el paciente puede desistir.
Luego, el procedimiento debe ejecutarse en un máximo de tres meses. La ley estipula que el paciente debe autoadministrarse la sustancia letal, salvo que su condición lo impida, en cuyo caso lo haría un médico.
Posiciones divididas y libertad de voto
Para quienes apoyan la eutanasia, la norma impone demasiados obstáculos; para quienes la rechazan, va demasiado lejos. A pesar de las diferencias, los diputados favorables votaron por el texto, considerándolo un avance frente a la actual situación, que obliga a algunos enfermos a buscar esta opción en Suiza o Bélgica.
La libertad de voto dejó cifras llamativas. Diecinueve diputados de la extrema derecha de Marine Le Pen votaron a favor, frente a 101 que se opusieron y 3 que se abstuvieron. Cuatro socialistas votaron en contra, 66 a favor y dos se abstuvieron. En Horizons, partido del ex primer ministro Édouard Philippe, las posturas quedaron divididas: 14 votos a favor, 13 en contra y 6 abstenciones.
La ministra de Sanidad definió el procedimiento como “un enfoque francés, estricto y regulado”.