Yo era muy pequeño cuando con mi mamá y mi hermana nos fuimos a vivir con mis abuelos maternos en su antigua casa del centro histórico de Quito, así que cuando todos salían a trabajar y mi hermana asistía al colegio, yo quedaba a cargo de mi abuela Carlota, quien, en medio de todo el ajetreo de su vida diaria, siempre tenía tiempo de prepararme a media mañana un enorme plato de aguacate aplastado con cebolla picada y un puñado de arroz.
El martes pasado, el Ministro de Educación Fander Falconí difundió una noticia sorprendente: 4 500 niños y adolescentes venezolanos se integran al sistema público de educación (El Telégrafo habló de 6 000). La noticia no tuvo mucho eco. Se deslizó como una cifra más.
Orgullosos de nuestra ciudad y de que Quito y su Centro Histórico hayan sido junto a Cracovia inscritas las primeras en la lista del patrimonio mundial de la Unesco, se festejan los 40 años con actos, recuerdos y emociones. Homenaje justo a Rodrigo Pallares, conductor del largo y complicado proceso en el Comité Intergubernamental del Patrimonio Mundial de la Unesco, y para su equipo, que dirigido por Ximena Escudero Albornoz y muchos técnicos y amantes de la ciudad y sus valores, estudiaron, ordenaron y prepararon ordenanzas y mil documentos para el reconocimiento. La gratitud no es expresión frecuente.
En octubre del año 2015, entró en vigencia la Ley Orgánica de prevención integral del fenómeno socio económico de las drogas y de regulación y control de uso de sustancias catalogadas sujetas a fiscalización”. ¿Lo entendieron? Nada menos que veinte y cinco palabras para denominar estrambótica, casi cabalísticamente, a una ley cuyo contenido todo el mundo habría identificado con facilidad si se llamaba simplemente “Ley de drogas”. Pero no, la modalidad directa de llamar a las cosas por su nombre no estaba bien en el reino insondable de la revolución ciudadana, en el cual todas las cosas debían tener un aire de misterio, y había que ser un iniciado para entenderlas y compartir su excelsa sabiduría.
El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social transitorio, al ratificar la cesación anticipada de funciones de los 9 jueces de la Corte Constitucional, dispuso que este organismo entre en vacancia durante 60 días mientras se convoca un concurso para seleccionar nuevos jueces. Las alternativas que el Cpccs - t tenía no eran menos controversiales. Si designaba una Corte transitoria y sin concurso, tales jueces hubiesen carecido de facultades jurisdiccionales claras así como de suficientes garantías de independencia, en tanto sus decisiones podrían haber estado condicionadas por su anhelo de quedarse en el cargo definitivamente. Si realizaba un concurso paralelo a la evaluación, hubiese enviado el mensaje de que el resultado de la evaluación estaba destinado a ser desfavorable.
Cuando la Unión Soviética colapsó en 1991, el Partido Comunista Chino (PCC) se obsesionó con entender la razón. Los grupos de expertos del gobierno a los que les habían encomendado esta tarea depositaron gran parte de la culpa en Mijail Gorbachov, el líder reformista que no fue lo suficientemente despiadado como para mantener unida la URSS. Pero los líderes chinos destacaron otros factores a los que hoy China no parece estar prestándoles atención.
En 2011 escribí un artículo sobre Ruptura de los 25 a propósito de su separación de Alianza País y alejamiento de Rafael Correa. En él sostengo que la actitud de esa agrupación política se enmarca en un concepto desarrollado por el politólogo peruano Eduardo Dargent en su libro “Demócratas Precarios. Elites y Debilidad Democrática en el Perú y América Latina”.
Ninguna política es tan contraproducente en épocas de recesión como tratar de obtener superávit fiscal con el objetivo de contener la deuda pública; es decir, las políticas de austeridad. ¿Por qué la austeridad despertó tanto entusiasmo en las élites políticas de Occidente después de la implosión del sector financiero en 2008?
“Nunca la situación había estado tan mal como ahora”, sentencia María Antonia Figueroa, directora de una guardería y un preescolar comunitarios en uno de los mayores asentamientos precarios del Gran Buenos Aires y testigo de primera línea del impacto social de la crisis económica.
La economía ecuatoriana, en los últimos tres años, ha decrecido o ha tenido un pequeñísimo crecimiento anual. Al mismo tiempo, menos de la mitad de la población económicamente activa ha tenido un “empleo adecuado”. Desde septiembre 2017, el índice de precios al consumidor anualizado ha venido cayendo todos los meses, tenemos casi un año de deflación, debido principalmente a la debilidad de la demanda. Pero este estancamiento económico se da, dentro del esquema de dolarización, con un simultáneo encarecimiento de la producción ecuatoriana debido principalmente a una alta carga impositiva (soportada sólo por la mitad de la economía, que es la formal); a un alto nivel de salarios reales y total rigidez de contratación laboral; a altas cargas derivadas de múltiples regulaciones de toda índole, que pesan sobre las empresas; y, al aislamiento comercial internacional al que se le ha condenado al Ecuador.
Era martes 26 de agosto de 2014. Pasada la hora del almuerzo se anunció la llegada de la liquidadora de Edimpres, la casa editora de Diario Hoy durante más tres décadas. Edith Duque, de la Superintendencia de Compañías, se paseó por toda la Redacción acompañada de miembros del comité de empresa, hasta que entró en mi oficina y tomó una foto con su teléfono celular de la pantalla de la computadora en la que trabajaba. Diario Hoy debía parar la rotativa. Una última foto en la Redacción con los que quedamos fue la despedida. En la noche muchos debimos salir casi en calidad de delincuentes. Fuimos esculcados por los guardias nuevos que llegaron a la garita de la planta, mientras los directivos del comité de empresa se apostaban en todas las puertas.
En 1914 brotó petróleo en Venezuela. En 1950 era el cuarto país de mayor ingreso per cápita del mundo. Cuando la bonanza petrolera de 1974, se la conocía como Venezuela Saudita. En 1999 llegó Hugo Chávez al poder y con él, la destrucción.
En 1900 la expectativa de vida era mucho menor. Las condiciones de vida, la medicina y el conocimiento han influido en que hoy sea entre 75 a 85 años dependiendo del país.
Francisco Proaño A. Columnista invitado Somalia, en el Cuerno de África, es considerado un Estado fallido dada su casi disolución hace pocos años. Una cruenta guerra entre facciones, puso, entre el 2011 y 2012, en riesgo de morir a unas 3 millones de personas, por hambre y desnutrición.
Casi todos los hechos de la vida -cotidiana o extraordinaria- están signados cada vez más por leyes, normas, protocolos, estándares, instructivos. Se nos va judicializando la vida. Y se nos cambian gradualmente los escenarios y las relaciones con los otros, los nuestros y los lejanos. Con el mundo de la oficina, la escuela, el hospital, la calle.
Dos reconocidos analistas comentaban en una reciente entrevista radial el papel de la libertad de prensa, como soporte fundamental de la democracia. Sostenían que cuando un populista llega al poder, trata de eliminar el pensamiento libre: primero, atrayendo a medios, intelectuales, políticos ingenuos y ciudadanos de buena fe con promesas de grandes reformas sociales, conquistas laborales, y bienestar. Crea la imagen de salvador de la patria ante el enemigo común: la prensa, el capitalismo y todos quienes no lo apoyan.
La tolerancia, de acuerdo al Diccionario de la RAE, es el “respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias”. Quien tolera, dice Giovanni Sartori, tiene ciertas creencias y principios que considera correctos, pero al mismo tiempo acepta y permite que otros tengan otras creencias, aunque las considere equivocadas.
Crecí entre compañeras y amigos de barrio en Lima. Cuando volví al Ecuador, empecé a enterarme de que había habido una guerra con el Perú, y a oír que los peruanos habían sido ‘el enemigo’. Me pareció extraño, dada mi propia experiencia.
La entrevista de EL COMERCIO el domingo al ministro de Gobierno Mauro Toscanini es una pieza de antología, retrato de la simpleza o del cinismo. El ministro no sabe si es legal o no lo la medida de exigir pasaportes, y tampoco le interesa. Cuando el periodista le insiste en que se está violando el Art. 84 de la Ley de Movilidad Humana su salida es decir que no es abogado, y cuando no puede más ante las repreguntas, sale con que esa su “humilde opinión”... “¡Humilde por pobre será! Me dio vergüenza ajena leer esa entrevista”, dijo una señora en un grupo de guasap. “Uff. Sí”, contestó otro integrante. “Aunque también chistosa: parece un ‘blooper’, porque el periodista insiste y el otro insiste más en decir que no sabe y no le interesa saber”. “Y le pasa la pelotita a la Cancillería”, replicó la señora. “¡Qué ministro, Dios mío! Si toma una medida por lo menos prepárese para defenderla”.
En 2016, el gobierno de Colombia alcanzó un histórico acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que puso fin a una guerra de 52 años en la que murieron más de 265 000 colombianos y otros siete millones fueron desplazados. Este acuerdo ha sido aclamado como un nuevo modelo para la solución de conflictos aparentemente intratables, pero ahora enfrenta una prueba de una magnitud inédita.