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Marco Cruz ha escalado las más altas cumbres del Ecuador y los macizos montañosos del mundo (Alpes, Himalaya, Hindú Kush, Andes, Cordillera Ártica, Alaska e incluso montañas africanas o japonesas).
Gonzalo Ortiz Crespo ha sido una figura constante ante la opinión pública. Es periodista, profesor universitario, miembro de las academias de Lengua y de Historia.
El poeta Iván Carvajal dice que se siente anclado a las montañas, aunque con el anhelo constante del vuelo.
El empresario guayaquileño -ingeniero industrial, emelecista, excampeón nacional de pimpón- recaló en la pesca atunera luego de acumular experiencia en la gerencia del sector bancario.
Pepe Avilés es fotógrafo y uno de los fundadores del bar café El Pobre Diablo, que estuvo abierto durante 27 años.
Jaime Guevara es el cantautor y trovador urbano más popular de Quito. Por décadas, su música no solo ha sonado en escenarios de todo el país, sino que ha acompañado a numerosos colectivos sociales.
Adolfo Macías Huerta es uno de los novelistas destacados de los últimos tiempos.
Viteri estudió arquitectura, filosofía, arte y pedagogía y fue docente en colegios y universidades.
El empresario Santiago Peralta es uno de los chocolateros más exitosos del mundo. Él y Carla Barbotó -su esposa-, crearon Pacari.
Cuando Felipe Terán hace un repaso de su carrera, hay que estar preparado para una larga historia.
Lucía Chiriboga es una de las pioneras en la investigación sobre la fotografía hecha en el Ecuador.
En la vida del historiador y crítico de cine guayaquileño Jorge Suárez Ramírez la pasión por el celuloide y por la aviación son como las dos caras de una misma moneda.
Rita Loreto, una de las fundadoras del Seseribó, con el cuadro del artista Ramiro Jácome, el primero de una gran selección de obras plásticas.
Es la ajedrecista número uno del Ecuador desde 1994 y una de tres grandes maestros del país (dos mujeres y un hombre). Martha Fierro reflexiona sobre los puntos de encuentro entre el ajedrez, el poder y la vida.
A César Antonio Álvarez no lo conoce nadie; a Pocho Álvarez, todo el mundo. Es uno de los mayores y más prolíficos cineastas ecuatorianos, al punto que no puede cuantificar los documentales que ha dirigido. Siempre se lo ha visto por las calles de Quito con el pelo largo, cargado de una cámara, vestido siempre de negro. Incluso tuvo un automóvil negro.
Paulina Tamayo es, probablemente, la cantante ecuatoriana viva que más años de su existencia lleve dedicada a la música. Su carrera profesional comenzó a los seis años. Iniciaba la década de los 70 y ella ya sabía que el canto sería el leitmotiv de su vida.
Ramiro Montenegro es conocido como uno de los mejores presidentes que ha tenido el Aucas, equipo del que ha sido, además, su historiador. Es un destacado médico neurólogo y formó parte de la primera generación que debió hacer la rural, en 1970. Publicó el año pasado el libro por los 50 años de esta iniciativa.
Jorge Marcos Pino es uno de los faros de la arqueología ecuatoriana. En 1971, tras dos años de búsqueda, descubrió Real Alto, un yacimiento arqueológico de 12 hectáreas ubicado en el Valle de Chanduy, en la provincia de Santa Elena. El centro ceremonial de la cultura Valdivia corresponde a la primera sociedad civilizada del continente, que produjo maíz desde la fase Las Vegas (10 000 a.C. al 4 600 a.C.).
Juan Lorenzo Barragán es uno de los diseñadores gráficos más destacados del país y uno de los pioneros en este rubro, cuando en 1987 creó la firma Azuca. Desde el diseño de la revista Diners, la elaboración de libros de cultura popular hasta la creación de logotipos para el desarrollo turístico en una comunidad Zapara, su nombre combina talento, visión y también algo de audacia en un Quito donde las cosas estaban todavía por hacerse.
De entrada, Pablo Barriga pide que para la fotografía que acompaña a esta entrevista lo dejen salir con su mascarilla. Está en el interior de su casa ubicada en el barrio La Floresta. Allí ha pensado varias de las obras que lo han convertido en el artista conceptual más destacado del país.