‘Indio principal de Quito’, una obra en óleo sobre lienzo, pintada por Vicente Albán. Foto: cortesía del Museo de América de Madrid
Un miembro del pueblo yumbo es representado semidesnudo con su vestimenta de gala, su lanza, su arco y luciendo tocado, brazaletes y taparrabo confeccionados con coloridas plumas y portando collares de colmillos de animales de caza.
Otro indígena yumbo de Maynas -una de las gobernaciones establecidas en la región oriente de la Presidencia de Quito en el siglo XVIII- aparece en calzón cargando sobre sus espaldas una enorme canasta, llena de grandes calabazas y mameis, obos y pitahayas, en una zona de exuberantes ríos y vegetación selvática.
La pintura de Vicente Albán (nacido en Quito, hacia 1725) se asoma a los usos y costumbres del pueblo Yumbo (800 d. C. hasta la conquista española, alrededor de 1660). La civilización ocupó territorios del actual Ecuador y resultó aniquilada por las guerras, las epidemias introducidas por los conquistadores españoles y la erupción del volcán Pichincha que cubrió Tulipe, en 1660.
Albán, integrante de la Escuela Quiteña, a su manera un cronista de Indias, ilustró a los pueblos indígenas y afroecuatorianos en 1783, en un registro visual de la sociedad, el paisaje, la flora y los frutos del Ecuador.
Son particularmente célebres una serie de seis cuadros conservados para la posteridad, primero como parte de las colecciones del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, luego como parte la Sección Etnográfica del Museo Arqueológico Nacional de España hasta 1941, año en el que ingresaron al Museo de América, de Madrid.
Fueron parte de un encargo del botánico y geógrafo José Celestino Mutis (España, 1732 – 1808), sacerdote apasionado por las plantas de la región.
El Museo de América en España destaca de las obras la representación de los tipos humanos que respondían a modelos tomados de la sociedad local. Un indígena principal de Quito es retratado con vestimenta de gala, igual que una mujer indígena, piezas que eran enviadas a la Corona española.
Las pinturas están relacionadas con los objetivos científicos de las expediciones, que en el siglo XVIII, recorrieron gran parte de América, facilitando información para la clasificación de los diferentes reinos de la naturaleza.
“Las pinturas abarcan varias regiones de la Audiencia de Quito, la actual República de Ecuador, vemos por ejemplo a estas dos mujeres con vestimentas frescas para el clima caliente, con palmeras y mar de fondo”, observa el historiador Víctor Hugo Arellano. Él investiga el papel del pueblo afro en la historia de Guayaquil y utiliza a menudo las obras de Albán en sus conferencias, como una manera de situar al público en la época colonial.