Cuando a inicios mayo del 2004 el exlíder soviético y Premio Nobel de la Paz Mijail Gorbachov se convirtió en huésped de Quito por menos de 24 horas, fue entrevistado sobre la ocupación de Iraq y otros temas de interés mundial por EL COMERCIO, con la particularidad de que fue el único medio que pudo hacerlo en ruso y sin ayuda de un traductor. Este trabajo estuvo a cargo de Dennis Rodríguez Parreño, quien con su fluidez en el idioma sorprendió a dicho personaje.
‘El general se bañaba en sangre de los niños en la isla de Yacyretá para tratarse de su enfermedad (…) Fue un asesino en serie de niños”. Elvio Acosta, exchofer del exdictador Alfredo Stroessner, lanzó esas dolorosas denuncias -para dar paz a su alma, según señaló-, en una entrevista hace cinco años.
“El pueblo de Venezuela se enfrenta a un gobierno que ha dejado de ser responsable. La Constitución ha dejado de tener sentido (…) El gobierno viola todos los artículos de la Carta Democrática Interamericana”. Así lo señalan pasajes del revelador documento de 75 páginas que Luis Almagro ha presentado sobre la devastada patria del Mariscal Antonio José de Sucre. El Secretario General de la Organización de Estados Americanos es partidario de la exclusión de la República Bolivariana, un ‘Estado fallido’, del bloque interamericano.
Donald Trump: “Mira lo que pasó anoche (un atentado) en Suecia (…) ¿Quién lo creería? Suecia. Recibieron a muchos (inmigrantes). Están teniendo muchos problemas que jamás imaginaron”.
¿Izquierda vs. derecha? Nada de eso. Una confrontación así pertenece al pasado. En los turbulentos tiempos que corren, Estados de América Latina se ven enfrascados en una batalla por su supervivencia que enfrenta a dos bandos diametralmente opuestos.
Bill O'Reilly, presentador de noticias y entrevistador de la cadena conservadora estadounidense Fox, ha etiquetado de 'asesino' a Vladimir Putin.
Si Venezuela fuese una democracia, Nicolás Maduro dejaría su cargo y el presidencial Palacio de Miraflores. Solo de esa manera acabaría el sufrimiento que su régimen y el chavismo, en el poder desde 1999, han causado a millones de ciudadanos.
La revista Time y Financial Times han designado a Donald Trump como el personaje del 2016.
En el bombardeo informativo que ha activado la muerte de Fidel Castro, quizá ha pasado desapercibido un dato nada menor.
Al margen de los cuestionamientos que afronta su sistema político, el capitalismo de Estado de China exhibe logros, que evidencian pragmatismo y, sobre todo, preparación, conocimiento y cero improvisación.
Si se le cree al historiador y catedrático Allan Lichtman, Donald Trump -y no Hillary Clinton- será el sucesor de Barack Obama, el primer presidente afroamericano de Estados Unidos. Si se miran bien las cosas, existen pocas razones para no creerle al experto estadounidense. Desde las elecciones presidenciales de 1984 en EE.UU., en las cuales se reeligió al republicano y exactor Ronald Reagan, el profesor ha acertado en sus pronósticos acerca de los ganadores de la carrera por la Casa Blanca.
En el gris horizonte de los autoproclamados Estados y líderes ‘progresistas’ (una categoría en vías de extinción), asoma un personaje que se vuelve un fardo cada vez más pesado.
El desconcierto se ha instalado en la ‘izquierda de la parte sur de la región (léase neopopulismo). Y la confusión se pone en evidencia en sus más recientes actuaciones y pronunciamientos, así como en las tundas que ha recibido en recientes procesos electorales.
La revelación de que en América Latina hay en marcha un ‘Plan Cóndor del siglo XXI’ no debe sorprender a nadie. Sus efectos son palpables en particular en ciertos Estados del eje bolivariano, con los cuales el adjetivo de ‘progresistas’ no encaja para nada.
En el 2010, a Laurent Gbagbo no le dio la regalada gana de entregar la Presidencia de Costa de Marfil, que estaba en sus manos desde el 2000, pese a que fue derrotado en las elecciones de ese año. Entonces, tuvo la audacia de jurar el cargo para otro mandato de cinco años y, peor aún, puso en marcha un plan cargado de violencia para mantenerse a toda costa en el poder.
Al expediente judicial que en la Argentina se escribe sobre la familia Kirchner y sus colaboradores más cercanos, se agregan nuevos folios, cada uno más escandaloso que otro.
Vladimir Putin y Donald Trump, candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos., han intercambiado halagos y no se han ahorrado elogios.
Si se echa un vistazo más profundo y se realiza un ejercicio de perspicacia, es posible inferir que en estos días se ha producido en Venezuela lo más parecido a un ‘putsch’. Pero no uno cualquiera, sino uno blando y militar.
Daniel Ortega Saavedra, de 70 años y líder histórico del sandinismo, debe ser visto como un personaje que sorprende. No solo en su pequeña nación de 6,3 millones de habitantes, sino en el espacio geográfico que el 'socialismo del siglo XXI' ocupa en América Latina.
La frase, que en realidad es de la autoría del argentino Mariano Grondona, ha sido una de las puyas que Gloria Álvarez ha lanzado contra los regímenes y caudillos neopopulistas de América Latina y del mundo.