Putin se frota las manos por Donald Trump...

Vladimir Putin y Donald Trump, candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos., han intercambiado halagos y no se han ahorrado elogios.

Es más: el Presidente ruso, cuya sagacidad y ‘timing’ son reconocidos, ha calificado al controversial magnate de persona “muy brillante”. En respuesta, Trump ha dicho sobre el Jefe del Kremlin que “siempre es un gran honor recibir halagos de un hombre tan respetado, no solo en su propio país”.

Ditirambos -reales o simulados- aparte, cabe plantear una pregunta algo capciosa: ¿Por qué Putin aúpa indirectamente los planes de Trump de llegar a la Casa Blanca? Las respuestas pueden ser múltiples, pero existe una que debe encender las alarmas.

Para nadie es un misterio que Putin ha deplorado la caída de la URSS en 1991. En realidad, sigue siendo un ‘trauma nacional’ la derrota soviética en la Guerra Fría a manos de Occidente y, en particular, de EE.UU.

Pero Putin no ha ocultado sus intenciones de devolver a Rusia el estatus de potencia mundial que tenía la URSS y hacer de ella un importante actor en la arena internacional. Unos planes que han tomado cuerpo con las acciones en Georgia, el este de Ucrania y Siria, así como en la recuperación (no ocupación) de la península de Crimea, que históricamente siempre perteneció a Rusia. Ninguno de esos episodios ha merecido una respuesta de calado de los antiguos enemigos de la Guerra Fría del Kremlin, salvo un embargo que los rusos han capeado.

Entonces, a nadie más que a Putin le conviene ver a Trump en la Casa Blanca. Por ello, incluso el presidente Barack Obama no ha descartado la posible injerencia de Moscú en la elección en su país. La campaña de Hillary Clinton afirma que Rusia es culpable del robo de emails y que su propósito era ayudar a Trump.

Si el magnate vence, algo probable en un Estado que votó dos veces por George W. Bush -el 'presidente de la guerra' que lanzó la inmoral, ilegal e injustificada ocupación de Iraq-, el líder ruso abona su tesis de sacudirse los fantasmas de la derrota en la guerra ideológica del siglo XX.
Por eso, Putin quizá se frota las manos por Trump, quien con sus ideas y ofertas electorales se muestra capaz de ‘desestabilizar’ a su propio país desde dentro... Vistas así las cosas, resulta incluso escalofriante imaginar al millonario que odia a los migrantes 'sin papeles' con el maletin nuclear en sus manos...

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