Después de casi tres años de pandemia, el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) retomó este 2023 las cirugías de implante coclear.
Se trata de un dispositivo electrónico que estimula el nervio auditivo en niños con sordera profunda bilateral o adolescentes y adultos con hipoacusia progresivas profundas.
El cirujano otorrinolaringólogo Ricardo García señala que si bien es un proceso complejo y costoso, los beneficios son incuantificables ya que transforma la vida del paciente que, de tener una discapacidad por sordera lo convierte en una persona totalmente insertada en la sociedad académica y laboralmente.
El programa lleva 17 años en el HCAM y es de los primeros a escala nacional con la mayor cantidad de implantes colocados: más de 520 cirugías.
Desde que se retomaron las intervenciones (mediados de enero del 2023), se han practicado siete implantes y están programadas otras 48.
García menciona que esperan que a lo largo del año se realicen más procedimientos debido a que hay una lista de espera que se ha acumulado en el tiempo de pandemia y que llega a 52 pacientes.
El especialista recuerda que la tasa de incidencia en el país de bebés que nacen con problemas auditivos es de 2 por cada 1 000 nacidos vivos y en uno de ellos la sordera es total, es decir que no hay ninguna forma de permitirle escuchar sino es con el implante coclear.
“Con esa incidencia tenemos una lista de espera de 52 pacientes que ya están seleccionados y tienen todos los criterios”, sostiene García.
Axel Zapata, de 4 años, es uno de los pacientes al que implantaron el dispositivo. Su madre, Jéssica Morocho, recuerda que se dio cuenta que su hijo tenía problemas auditivos porque cuando le hablaba no respondía a su llamado.
Eso llevó a la madre a buscar atención en centros de salud, sin embargo, le decían que era normal. Fue en la escuela donde una maestra notó el mismo problema en Axel y alertó a Jéssica.
A partir de allí inició una búsqueda para el diagnóstico y finalmente el menor fue transferido al HCAM en donde recibió el implante coclear.
La mujer, que vive en la comunidad de Toacaso, en Latacunga, comenta que cuando el médico le explicó de lo que se trataba la cirugía sintió miedo, pero por otro lado estaba feliz porque su hijo iba a escuchar.
Tamizaje auditivo neonatal
García señala que mientras más pronto se practique la operación, los resultados son mejores. Para ello se requiere de un diagnóstico adecuado antes de los ocho meses y desde esa edad ya se puede intervenir.
Mediante el tamizaje auditivo neonatal, que es de aplicación obligatoria en todas las casas de salud, se detecta este tipo de problema. Inicialmente se hace un examen auditivo de autoemisión acústica.
Si el paciente no reacciona a la prueba en dos ocasiones, el especialista indica que se practica un examen más avanzado que es de potenciales auditivos evocados, que permite un diagnóstico definitivo.
De acuerdo con García, Ecuador tiene un buen sistema de tamizaje auditivo neonatal y se logra diagnosticar problemas de sordera severa profunda entre los tres y ocho meses, que es el promedio en la región.
El especialista recalca que el proceso no solo involucra y tampoco termina tras la colocación del implante coclear al paciente. Se trata de un tema que incluye a médicos, padres, a la familia.
“Es un proceso continuo que necesita apoyo familiar, de terapia de lenguaje porque la capacidad de escuchar y de entender se desarrolla con el transcurso del tiempo”, dice.
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