[[OBJECT]]Sobre un pedestal, de unos 2 metros de alto, se ubica el busto del General Eloy Alfaro, en el centro del parque de la Estación de Chimbacalle, en el sur. Su rostro está de frente al área de embarque y a los andenes, como si vigilara su obra que tuvo mucha trascendencia nacional: el ferrocarril.
La Estación de Ferrocarriles de Chimbacalle, ubicada en la calle Sincholagua y av. Maldonado, fue el punto de llegada de la locomotora que unió Costa y Sierra, desde Durán hasta Quito.
La primera locomotora llegó el 25 de junio de 1908. Hoy, este antiguo complejo, que cumplió 103 años, es la primera de las 7 Maravillas de Quito. Ayer, la noticia despertó el interés de los vecinos.
Miembros del Club de Diabéticos de Chimbacalle fueron los primeros en visitar las instalaciones. Aunque no pudieron viajar en las locomotoras, porque los tours se realizan de jueves a domingo, ingresaron al museo que se inauguró hace un mes. Allí conocieron instrumentos como el telégrafo y equipos topográficos que se utilizaron en la operación y construcción del ferrocarril.
Para la Empresa de Ferrocarriles del Ecuador, el resultado del concurso es fruto del trabajo con la comunidad. Ellos hicieron actos e instalaron computadoras para facilitar el acceso al voto. Pamela Aguirre contó que en las boleterías también se instalaron computadoras para que los turistas hicieran su elección.
La Estación, de 17 856 m² de extensión, está restaurada en su totalidad. Su estilo es colonial, con grandes ventanales. Hay decoraciones en altorrelieve en los bordes de las puertas. Cinco bloques bordean un patio central, donde se levantan los andenes y el parque infantil. En estos bloques antes había bodegas de papas y demás productos que se transportaban en el ferrocarril. Hoy son modernas oficinas de las gerencias administrativas, del servicio al cliente y del comedor. Adentro hace frío. Las paredes tienen entre 40 y 60 cm de ancho.
En la restauración, que finalizó en abril pasado, se conservó la arquitectura original. Las paredes son de adobe con estructura de madera. En todo el complejo sobresalen las grandes vigas en los tumbados. Los techos son de teja y las puertas, de madera. En la entrada principal se conserva la cerámica colorida de la época.
Fabiola Chamorro, de 65 años e integrante del Club de Diabéticos, visitaba por primera vez la estación y quedó asombrada de la recuperación de este espacio.
Pues recordó que hace unos años “estaba abandonada y era peligrosa”. Los esposos Mauricio Cáceres y Ana Valencia adelantaron la compra de boletos para viajar hacia el Área Nacional de Recreación El Boliche. “Es una buena experiencia, que la compartimos en familia”.
[[OBJECT]]El mobiliario interno conjuga elementos tradicionales con los modernos. Por ejemplo, en el área de embarque se conserva la campana de bronce, que Francisco Cedillo, jefe de Operaciones, toca para anunciar la salida del ferrocarril. A la vez, hay letreros luminosos que informan los horarios de partida. La información está en español, inglés y francés.
La Estación de Chimbacalle está ubicada en un barrio popular, a su alrededor hay negocios pequeños como tiendas y talleres. Frente al ingreso principal se ubica la sastrería de César Jani. Para él, la designación como el primero de los siete tesoros, es un beneficio porque atraerá más turistas al barrio.
Desde la Estación de Chimbacalle, el ferrocarril cubre cuatro rutas: Machachi Festivo (Quito – Machachi), Camino a El Boliche (Quito – El Boliche), el Páramo Infinito (Machachi – El Boliche) y la Avenida de los Volcanes (Quito – Latacunga). Para las escuelas hay un programa especial, que se llama Uno, Dos, Tren.