Los ministros de Economía y directores de los bancos centrales de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) resolvieron, en Buenos Aires, crear el Consejo Suramericano de Economía y Finanzas.
Es el modo cómo los países de la región pretenden protegerse de la “crisis económica y financiera, originada en gran parte de los países desarrollados”.
La reunión se llevó a cabo siguiendo las preocupaciones que demostraron los presidentes en la cumbre de Lima, el 28 de julio pasado, cuando sintieron la necesidad de asumir como bloque, confiados en la solidez de sus economías, una crisis que no es solamente financiera, sino “también económica, estructural”, dijo a este Diario, Diego Borja, presidente del Banco Central ecuatoriano.
“Mostramos la solidez y el buen momento de nuestras economías. Este nuevo paradigma de política y economía sudamericana nos encuentra trabajando juntos, en un momento difícil, poniendo el foco en nuestras poblaciones”, dijo el ministro de Economía argentino, Amado Boudou.
El Consejo acordó“trabajar para viabilizar medidas de cooperación técnica en el manejo y movilización de las reservas internacionales e impulsar la posibilidad de expansión del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) y su adaptación al nuevo contexto para potenciarlo como instrumento de la región”. Así reza el documento firmado por los ministros.
No descartaron crear un fondo de reservas o de otros instrumentos que cumplan similar función.
Otras iniciativas que se quieren estimular tienen que ver con el uso de monedas de la región, para transacciones comerciales, desplazando al dólar, y la reevaluación del Convenio de Pagos y Créditos Recíprocos de la Aladi. También analizarán el Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (Sucre).
El Banco del Sur, que aún no puede consolidarse hasta su aprobación total en los poderes legislativos, se convirtió ayer en una prioridad. “Acelerar su lanzamiento, conscientes de la necesidad de contar con instrumentos de financiación a largo plazo”. También es prioridad de la agenda fortalecer a la Corporación Andina de Fomento (CAF).
“América del Sur no es parte de la crisis, es parte de la solución. Quienes originan la crisis son los países capitalistas desarrollados”, fue una de las reflexiones de la reunión que tuvo ciertas dificultades para llegar al consenso.
“No es una crisis coyuntural y financiera, sino que tiene un componente muy fuerte de crisis en la base. Cuando nos pusimos de acuerdo en esa concepción de crisis pudo surgir la alternativa. La dificultad fue creer si esta era una crisis solo coyuntural o estructural, no solamente financiera sino también económica”, dijo Borja.
“Más allá de las diferentes posturas hay una fuerte voluntad de llegar a un entendimiento”, añadía Boudou en la conferencia de prensa.
La secretaria general de la Unasur, María Emma Mejía, destacó que el crecimiento de la región es del 4%, con USD 600 000 millones de reservas y un comercio intrarregional de USD 120 000 millones, por lo que hay “una clarísima decisión de fortalecer el comercio intrarregional”. Este Consejo es un proyecto irreversible de integración sudamericana, añadió.
Más técnico fue Roberto Feletti, el viceministro de Economía argentino. Dio a conocer el trabajo de los tres grupos que deberán presentar medidas concretas y que deberán ser presentadas en 60 días, durante la cumbre extraordinaria del nuevo Consejo.
El primero estará liderado por Perú y Ecuador y buscará crear mecanismos de coordinación de reservas amplio, como aumentar los fondos del FLAR, y la capacidad de los bancos centrales para defenderlos de ataques especulativos contra sus monedas.
El segundo, integrado por Venezuela y Uruguay, revisará los sistemas de uso de moneda local, para fomentar el comercio y ‘desdoralizarlo’ (“algo que a nosotros no nos toca”, dijo Borja). El tercero, entre Brasil y Chile, se encargará de trabajar con los bancos de desarrollo, fortalecer a la Corporación Andina de Fomento y consolidar el Banco del Sur.