La planta de tratamiento de biogás en el relleno sanitario de El Inga, en Quito, finalizó su fase final de ampliación, este 17 de octubre de 2024. El proyecto permitirá generar 9 megavatios por hora (MWh) de energía limpia y renovable.
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Este proyecto busca transformar el biogás generado por los residuos en electricidad. Esto contribuirá a la reducción de las emisiones de metano, uno de los gases de efecto invernadero más nocivos.
Con esta ampliación, la planta contará con una capacidad instalada de 9 MW/h, suficiente para abastecer de energía limpia y continua a más de 40 000 hogares.
La producción de electricidad se deriva de la captura y tratamiento del biogás generado por la descomposición de residuos orgánicos en el relleno sanitario, un proceso que, además de generar energía, mitiga la liberación de metano a la atmósfera.
Tecnología al servicio del medioambiente
El proceso de generación de energía comienza en el relleno sanitario El Inga. Este está dividido en cubetos, los cuales son sellados con cobertura de tierra natural de forma escalonada. La fermentación de los residuos orgánicos genera gases, cuyo componente principal es el metano.
Posteriormente, ese gas es extraído y conducido por tuberías hasta un aspirador. Luego, mediante, motores especializados, se trata y transforma el biogás en electricidad. Este enfoque no solo ofrece una fuente renovable de energía, sino que también contribuye a reducir la huella de carbono.
La planta elimina 16 000 toneladas de metano al año, equivalente a 400 000 toneladas de CO₂.
Respuesta a la creciente producción de residuos
El crecimiento de los residuos en Quito impulsó la necesidad de aumentar la capacidad de tratamiento del biogás. En 2018, las autoridades locales decidieron prolongar la vida útil del relleno sanitario de El Inga. Esto llevó a Gasgreen Ecuador y a la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs) a aprobar el proyecto de ampliación de la planta en 2023, que ahora entra en su fase final.
Desde 2016, ambas entidades trabajan conjuntamente en el relleno sanitario de El Inga. El objetivo es mitigar los impactos ambientales derivados de los residuos, en particular la eliminación de metano, un gas 25 veces más potente que el CO₂ en términos de calentamiento global.
Esta planta está en operación durante ocho años y es el primer proyecto con biogás en el Ecuador.