Preocuparse por el pasado es como cortar leña y dejarla podrir
El mundo entero se encuentra sorprendido ante la absurda posición de la nueva presidente de México, exigiendo respuesta a la también absurda carta de su antecesor al rey de España.
Las posiciones populistas de recurrir a espectacularidades exuberantes, para mostrar un nacionalismo exacerbado, a más de ser completamente irracionales, muestran una escasa madurez de sus promotores.
Ningún nacionalismo radical ha demostrado en la historia, en ningún lado, ser beneficioso para nadie. De hecho, las menciones como “en el tiempo de la conquista no existía España como tal”, o, “los afectados y los agresores desaparecieron hace siglos” no hacen más que ridiculizar el pedido y a sus autores. ¿De qué sirven, efectivamente, las disculpas a estas alturas? Absolutamente de nada.
Hay una des ubicación, no solamente geográfica, sino también temporal, en personas que piensan que con estas solicitudes van a beneficiar a alguien: ¿A quiénes? ¿Cuál sería el beneficio para los indígenas de México actuales? Por el contrario, con estas maniobras distractoras, típicas de populistas de izquierda, no prestan atención a la situación actual del indigenado en México, víctima de pobreza y de inseguridad, en nada solucionadas por el gobierno, más bien agravadas por actos que dejan muchas dudas sobre su rectitud.
Dejémonos de ser inocentes en los sentimientos nacionalistas, hay que ser prácticos y apostar por las medidas que beneficien a esa parte de la población, que ningún beneficio va a sacar con unas disculpas mal planteadas y peor imaginadas.
Nadie dice que se debe olvidar el pasado, pero las mentes claras lo utilizan para mejorar, no para deslumbrar con actitudes completamente fuera de lugar, ni tampoco para victimizar a una gran proporción del pueblo, con espectacularidades meramente populistas.
No vemos a ningún afín ideológico de los promotores de estos pedidos, tratar de poner en el plano real a estas solicitudes: signo de que la ideología no deja pensar. Esto sucede cuando las ideologías son llevadas al nivel de dogmas.
Yo recurro a la reflexión de Buda: “preocuparse por el pasado es como cortar leña para dejarla podrir”
José M. Jalil Haas