Decenas de personas empiezan a angustiarse por el retraso del Gobierno en la entrega de los USD 5 000 del Bono de la Vivienda.
Pese a haber cumplido con los trámites e incluso tener los bonos aprobados para su desembolso, todavía existe una larga lista de beneficiarios que no pueden tenerlo en sus manos.
Mario L., por ejemplo, lleva esperando y visitando las dependencias del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) desde diciembre del año pasado, y hasta ahora no puede obtener ese papel que le permita acceder a su vivienda propia.
“Me han dado largas y ya no sé qué hacer. Solo necesito eso para completar lo que me falta para la entrada de mi casa. Tengo que dar USD15 000 y ya he ahorrado el resto, pero los USD 5 000 no me dan y ya llevo así varios meses”.
Según el presidente de la Cámara de la Construcción de Pichincha, Hermel Flores, este problema puso en estado de alerta a las empresas constructoras.
“Pasan los días y aumenta el riesgo de un problema financiero. Por la falta de pago de los bonos, muchos clientes no logran completar su entrada y, por consiguiente, las viviendas que ya estaban vendidas vuelven al mercado con una posible sobreoferta”.
Un ejemplo de eso sucede en el Conjunto Residencial Ciudad Jardín, un proyecto desarrollado en el sur de la ciudad. En el oficio F095-2011, remitido al subsecretario de Vivienda del Miduvi, Carlos Villamarín, el pasado 14 de julio, se explica la delicada situación donde hay 147 beneficiarios que tienen sus viviendas terminadas y que no pueden ocuparlas porque les falta el bono.
Asimismo, existen otras 259 viviendas calificadas para el bono, antes del 2010, que todavía están en trámite en el Miduvi.
Ramiro C. es otro beneficiario del bono. La semana pasada le ofrecieron que le entregarían su bono, que espera desde hace seis meses. “El problema es que no sé qué hacer, si aguantar o de una vez retirarme del proyecto. Pero ya he esperado mucho, así que por mis dos hijos esperaré por ese bono”.
El ministro Walter Solís aseguró que no hay de qué preocuparse, ya que sí se están evacuando las solicitudes de los bonos.
El funcionario explicó que las evaluaciones se hacen de manera cuatrimestral y que es un proceso que lleva su tiempo, ya que se debe calificar no solo las carpetas de las constructoras sino también de los beneficiarios y sus respectivas familias. “Tendríamos que revisar los casos”, afirmó.
Desde julio de este año, el bono solo cubre proyectos de hasta USD 20 000. Desde octubre del 2009, cuando el Gobierno inyectó USD 200 millones para adjudicar bonos, el techo máximo era de viviendas de USD 60 000.
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Puntos de vista
Ana C. / Beneficiaria del bono
‘Solo me falta el bono para cambiarme a mi casa’
Mi situación es un poco delicada porque nuestros ingresos no están alcanzando para cubrir los pagos mensuales. Para completar la cuota de entrada de mi casa, que valía USD 45 000, tuve que recurrir a varios préstamos pequeños a familiares y a la venta de algunas cosas. Y además, opté por el Bono de la Vivienda. Este fue aprobado en febrero, pero aún no me lo dan. Hoy arriendo una casa y no puedo pasarme a mi nueva vivienda terminada, porque el constructor me dice que me falta el bono. Además, debo pagar el crédito hipotecario que ya me lo otorgaron.
Andrés Altamirano / Contratista
‘La demanda de viviendas podría contraerse’
Lo que vemos con preocupación en el sector es la posible contracción de la demanda por parte de los clientes. El Bono de la Vivienda nació como una ayuda para llegar a completar el monto de entrada para la compra. Normalmente este es el punto más complicado de conseguir para una familia, porque el resto puede financiarse ahora, casi con pocos problemas, ya sea en el Biess o en una institución financiera. Esperemos que el Gobierno vuelva a incorporar este bono que, de hecho, según cifras del Banco de la Vivienda ha sido canalizado a más de 6 800 familias.
Las limitaciones al bono afectarán a la construcción
Mercado
Hasta octubre del 2009, el Bono de la Vivienda había sido un instrumento de poco uso por los ecuatorianos y ascendía a USD 3 200.
Pero desde esa fecha, el Gobierno decidió inyectarle dinamismo y lo incrementó a USD 5 000 para viviendas que costaban hasta un máximo de USD 60 000.
Según el arquitecto Patricio Armas, eso ayudó a que el mercado tuviese un repunte importante, tanto en venta de proyectos como en generación de empleo.
“Solo basta fijarse en las cifras de créditos entregados por el Banco de la Vivienda (BEV). De USD 10 millones dados en el 2009 salta a alrededor de USD 125 millones en el 2010. Y solo hasta junio de este año van entregados más de USD 186 millones. No entiendo por qué bajó el techo”.
Para César Chevasco, gerente general encargado del BEV, el objetivo es que los constructores empiecen a generar más proyectos populares. “Sí, existen planes de menos de USD 20 000, tenemos un listado de todos aquellos”.
Sin embargo, el asesor inmobiliario Francisco Estrella señala que eso puede acarrear algunos problemas en las constructoras.
Las cifras oficiales dan cuenta de que un gran volumen de proyectos habitacionales está por sobre los USD 20 000 (ver cuadro adjunto). “Muchas personas accedían a ellos porque era un alivio obtener el bono. Ahora que no lo pueden hacer, seguro les resultará más difícil aventurarse a la compra de una vivienda”.
Para Chevasco eso no es así y por eso exhorta a las constructoras a que inviertan en este negocio, ya que incluso los clientes son los mejores pagadores.