La pregunta se puso nuevamente de moda, como estuvo a finales del 2008, año en que la crisis financiera en EE.UU. se tradujo en una recesión económica con impacto global.
Ante el temor de que una nueva crisis se repita en los próximos meses, los ministros de Finanzas de Sudamérica dieron una respuesta optimista el viernes pasado, señalando que la región está mejor preparada para afrontar una eventual crisis en los países desarrollados.
El fundamento de ese optimismo se basa en dos medidas de prudencia que han tomado los países (unos más que otros): acumulación de reservas y disciplina fiscal.
Lo primero equivale al ahorrar en época de vacas gordas, con el fin de usar esos recursos en períodos de escasez. Y lo segundo se relaciona con un manejo prudente de recursos públicos, manteniendo déficits fiscales manejables.
En palabras del Ministro de Finanzas de Brasil, el ahorro y la fuerte disciplina fiscal permitieron gastar e incentivar las economías de los países para salir casi indemne de la crisis global del 2008.
A Ecuador, al igual que en el 2008, la crisis le cogió por sorpresa y sin ahorros. Previo a la crisis de hace dos años, los depósitos en el Tesoro Nacional bordeaban los USD 2 000 millones, recursos que cayeron a inicios del 2009 y frenaron la inversión pública.
Actualmente, esos depósitos están en USD 1 000 millones, menos ahorro que hace dos años. Además, al Gobierno le falta plata pese a contar con mayores ingresos petroleros. La salida en el corto plazo será contratar más deuda.