Si no tienes tiempo te lo resumimos en estas líneas:
- El sector tiene lluvias más frecuentes pero generan inundaciones y deslizamientos de material pétreo.
- La agricultura, que históricamente ha prosperado en estas tierras, enfrenta la escasez de agua de riego y la irregularidad de las precipitaciones.
- El Municipio de Quito está implementando el Proyecto de Agua Calderón para suplir de agua, pero se terminará en 2026.
San Antonio de Pichincha, una parroquia rodeada de majestuosas montañas, ha sido históricamente conocida por su clima seco y árido. En los últimos años, los residentes han notado cambios significativos en sus condiciones climáticas.
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La variabilidad del clima
Las lluvias, aunque no tan intensas como en otras zonas del distrito, se han vuelto más frecuentes en San Antonio de Pichincha, situada en el extremo norte de Quito.
Este cambio aparentemente positivo ha traído consigo nuevos desafíos. En áreas como Rumicucho y Tanlahua, las calles de tercer orden y lastradas se llenan de huecos y se convierten en lodazales durante la temporada de lluvias. Esto dificulta la movilidad y afecta la calidad de vida de sus habitantes.
Jorge Narváez vive desde hace más de 30 años en San Antonio. Ya está acostumbrado a las polvaredas ocasionadas por las canteras locales. Pero explica que las lluvias ocasionan problemas. Las cunetas y la quebrada aledaña, conocida como Colorada, no logran desfogar adecuadamente el agua. Esto provoca inundaciones y el arrastre de materiales hacia su conjunto habitacional, Ruta del Sol.
María Ibáñez, una agricultora orgánica de Rumicucho, ha observado cómo el cambio climático ha alterado los patrones de siembra tradicionales. Aunque las legumbres, hortalizas y granos han prosperado históricamente en estas tierras, la escasez de agua ha complicado la planificación agrícola y ha limitado la siembra de árboles y arbustos.
Esto ha resultado en un paisaje cada vez más dominado por plantas de maíz, que también sufren cuando las lluvias son escasas.
Segundo Aneloa, otro agricultor de la zona, también expresa su preocupación por la incertidumbre que el cambio climático ha traído a la agricultura. Ahora se enfoca en sembrar arveja, pero con el temor de que no llegue a término por la variabilidad del clima.
Espacios verdes y recreativos hacen falta en San Antonio
Rumicucho y Tanlahua carecen de espacios verdes y recreativos adecuados, una situación que se agrava con el impacto ambiental de las canteras locales.
En la avenida Reina de Quito, por ejemplo, el Parque Catequilla tiene juegos infantiles descuidados al igual que su pequeña área verde. Frente a este lugar hay otro parque, que se inunda cuando llueve.
Henry Álvarez, un residente preocupado por el medio ambiente, lamenta el deterioro de la quebrada y los ríos locales debido al cambio climático y la actividad industrial.
La falta de reforestación en áreas afectadas por las canteras agrava aún más la situación, contribuyendo a la pérdida de hábitats naturales y la biodiversidad local.
Dos salidas locales
El Municipio de Quito ha prometido soluciones a largo plazo para abordar la escasez de agua en San Antonio de Pichincha. El Proyecto de Agua Calderón está en marcha y se espera que esté finalizado en 2026.
Este plan tiene como objetivo principal proporcionar un suministro constante y seguro de agua potable para los residentes y agricultores locales.
Mientras se completa esta obra, la comunidad sigue enfrentando desafíos significativos en la gestión del agua, tanto para consumo humano como para riego.
A pesar de estos desafíos, algunos conjuntos habitacionales, como Laguna Azul, han intentado compensar la falta de parques con áreas verdes locales.
Aunque, la falta de lluvias, especialmente durante el verano, obliga a transportar agua en tanqueros. De esta forma mantienen viva la vegetación y las áreas recreativas.
Conclusiones y perspectivas
A pesar de estos desafíos, los residentes de San Antonio de Pichincha continúan mostrando resiliencia y esperanza frente a las inclemencias de la naturaleza.
Pero reconocen que se necesitan acciones más amplias y coordinadas para enfrentar los desafíos del cambio climático, proteger el medio ambiente local y mejorar la calidad de vida de todos los residentes.