Una guía para entrenarse en el hogar. Necesita un cajón, unas argollas de metal, una pelota medicinal. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.
Un cajón de madera, unas argollas de metal, un par de kettlebells, una barra y una guía de entrenamiento. Eso es todo lo que necesita para iniciarse en el mundo del crossfit, en la comodidad de su casa. Así fue como Emilio Barcia se convirtió en el crossfitter número uno del país.
Seducido por ese sistema de acondicionamiento físico -basado en ejercicios variados, con movimientos funcionales y ejecutados a alta intensidad- Barcia se entrenó seis meses en un centro certificado. Allí aprendió la técnica y, después de poco tiempo, instaló un gimnasio en casa. Nada del otro mundo.
Barcia contó que fue en casa donde se formó como crossfitter. Antes, dice, se entrenaba para mantenerse en forma y bajar de peso: “Era gordo y todos se reían cuando les decía que iba a participar en competencias de crossfit”.
En casa, fusionó dos horas de entrenamiento con disciplina y sus ganas de demostrar que “sí se puede”. Y lo logró. En el 2013, se destacó en el Campeonato Regional que se realizó en Guayaquil y después representó al país en Chile.
Muchas de las rutinas de ejercicios o programaciones que Barcia utilizó están en la Internet. Allí se observa el uso del cajón y del resto de implementos que adquirió el deportista manabita.
El cajón sirve para ganar potencia y fortalecer los músculos de las piernas. El ejercicio consiste en ejecutar un número determinado de saltos en un cierto tiempo.
Sobre las argollas se fortalecen los músculos y articulaciones de los brazos y pechos. Lo mismo sucede con la barra metálica, sobre la que se coloca peso adicional, dependiendo de la fuerza.
A esos entrenamientos, Barcia incluyó unos en los que se utiliza una pelota medicinal, con la que trabajó piernas y brazos. En la Internet también hay decenas de videos explicativos sobre la técnica. Esto último es importante para evitar lesiones, sobre todo, en las muñecas y espalda.
Por eso, Barcia sugiere que también verifique que su entrenador sea certificado. En Quito y Guayaquil, varios establecimientos gozan de ese reconocimiento.