Este 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama. Se recuerda con retos, historias y acciones de prevención.
El cáncer de mama es el tipo más frecuente en las mujeres a escala mundial. Este abre un camino de dolor, pero también de aprendizajes y nuevos comienzos.
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Día de la Lucha contra el Cáncer de Mama
De acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre las características que se asocian con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama está la obesidad.
Se suma el consumo de alcohol, antecedentes familiares, exposición a radiación, antecedentes reproductivos y hormonales y consumo de tabaco.
Pero, no hay que perder de vista que cerca de la mitad de los casos se desarrollan en mujeres sin factores de riesgo identificados.
Se presenta con mayor frecuencia como una masa indolora en la mama. De ahí, la importancia de que cuando las mujeres, al tacto, encuentren una masa, consulten a un profesional inmediatamente.
Señales importantes
Ese tipo de cáncer puede presentarse de formas diversas y se requiere una revisión completa. Puede llegar con engrosamiento de la mama, alteración en el tamaño, la forma o la apariencia o la piel, como enrojecimiento, hoyuelos y picaduras.
La detección temprana puede salvar vidas y dar paso a un tratamiento eficaz. Este puede implicar una cirugía con o sin radiación y medicamentos.
Historias de vida
Pilar Echeverría, de 67 años, experimentó cáncer de mama. El proceso empezó en 2022, luego de un examen de rutina, pues, su hermana también padeció la enfermedad.
Tras una vida como trabajadora social en una clínica, ya jubilada, Echeverría recibió la noticia, luego de los exámenes respectivos.
Aunque había un antecedente familiar, nunca creyó que le tocaría a ella. “Siempre pensamos que estamos libres”.
Recuerda que escuchó a la radióloga que le realizaba el eco mamario decirle a una practicante, algo que la inquietó. Se trataba de un tumor.
Ella, cuyo hijo tiene 37 años, volvió a casa con la incertidumbre de lo que vendría. El proceso fue doloroso, con tres biopsias en tres semanas. Pero no había tiempo que perder.
El tratamiento
Los costos de la quimioterapia eran abrumadores: 1 700 dólares por cada sesión, y necesitaba entre ocho y 10. Así que empezó el peregrinaje para recibir atención a través del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), sin la premura esperada.
Ella logró trasladarse de Quito a Machala, donde recibió el tratamiento, en Solca. Este paso requirió la derivación del IESS. Tiene presentes los días de ayuno y oraciones pidiendo por su salud.
Una cirugía y quimioterapia estuvieron en el camino. En la octava sesión del segundo procedimiento perdió la sensibilidad en las manos y los pies.
Le suspendieron los procedimientos y empezó el tratamiento con pastillas. Ella bajó 25 libras, la boca le sabía a metal. Pero, repite, “estoy viva”. No deja que los dolores le impidan seguir activa, viajando, como ama.
“Aprendí que el ánimo es vital, y cada día es una nueva oportunidad para vivir plenamente”, repite la mujer, abuela de dos nietas.
El optimismo sostiene
Una vida feliz y llena de gratitud. Así describe Leticia Sabando, de 54 años, a su presente, luego de atravesar un cáncer de mama.
El camino no empezó con esa dolencia. A los 24 años, a la mujer le detectaron cáncer de cuello uterino. “Esta fue mi primer encuentro con esta cruel enfermedad”.
10 años después, ella detectó un bulto en la mama izquierda y acudió al médico. Luego de la revisión y los exámenes respectivos, la noticia llegó: era cáncer.
Leticia Sabando preguntó: “¿Cuánto tiempo me queda de vida?”. La respuesta fue la explicación del tratamiento, que incluyó una cirugía exitosa. Pero, el verdadero reto fue afrontar la quimioterapia.
Las molestias estuvieron acompañadas de incertidumbre. Aun así, tomaba fuerzas para volver a trabajar. En ese entonces, era jefa regional de un área en una institución pública. Actualmente, se desempeña como docente universitaria.
Ella optó por raparse, se compró una peluca y decidió que iba a disfrutar del cabello liso que siempre quiso. Pasaron los meses y el tratamiento dio resultado.
Para Leticia, al inicio, el cáncer era sinónimo de muerte. No obstante, tiene presente la frase que le dijo al médico: “A mí el cáncer no me va a matar, me moriré por una gripe, pero el cáncer no va a poder conmigo”. Y así fue.
El apoyo de la familia, la atención a tiempo y encontrar en el corazón la motivación le salvaron la vida. Sus tres hijas fueron su mayor motor.
El cáncer en Ecuador
De enero a septiembre de 2024, el Hospital de Especialidades Eugenio Espejo ha agendado 30 058 citas en el área de oncología, lo que representa un incremento del 9,12% en comparación con el mismo periodo de 2023.
Según el Ministerio de Salud Pública, a pesar de los avances en tecnología y tratamientos, la realidad es que el cáncer sigue siendo un desafío creciente.
La institución indica que, según datos de la OPS, se proyecta que los casos de cáncer en Ecuador aumentarán en un 59% para 2035, y las muertes relacionadas con esta enfermedad podrían crecer un 68%. En el caso del cáncer de mama, en el país, hay una incidencia del 25,4%.
La Coordinación Zonal 9-Salud creó la Red Oncológica. La iniciativa surgió en el Hospital Eugenio Espejo con el objetivo de mejorar la accesibilidad y el tratamiento.
El Ministerio de Salud cuenta con el Plan Nacional de Lucha Contra el Cáncer, con la integración de los servicios de la red pública. El llamado desde la institución es a acudir a un chequeo anual a partir de los 40 años.
El proceso incluye una mamografía. En el sistema público se puede acceder de forma gratuita. Hay otros factores de riesgo: primer parto después de los 35 años y menopausia después de los 55.
Investigaciones y pedidos
Santiago Guerrero, investigador del Laboratorio de Ciencia de Datos Biomédicos de la Universidad Internacional del Ecuador, aborda otra arista en este Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama: la falta de representación étnica en los estudios genómicos y en los ensayos clínicos.
Según explica Guerrero, la mayoría de los datos genéticos provienen de personas de ascendencia europea, lo que deja a muchas comunidades marginadas sin los beneficios completos de los avances médicos.
Los resultados
En la última década, diversas investigaciones han confirmado que el origen étnico tiene un gran impacto en el desarrollo del cáncer.
Por ejemplo, se ha demostrado que las mujeres hispanas o africanas con cáncer de mama tienen un mayor riesgo en comparación con aquellas de origen europeo.
Desde el Laboratorio de Ciencia de Datos Biomédicos, dice Guerrero, han identificado que la investigación oncológica ha fallado en la inclusión étnica. La población hispana está representada en solo un 0,2 % de esos estudios.
Santiago Guerrero sostiene que es indispensable que este problema forme parte de la agenda política del país.
La investigación oncológica debe fortalecerse con un enfoque étnico, y las bases genéticas del cáncer en las poblaciones deben ser profundamente estudiadas.