Cada país de Latinoamérica tiene una historia que contar sobre la mesa. Pero no solo se trata de disfrutar su variada y exquisita comida, sino de compartir su historia, cultura y tradición.
Desde Quito es posible viajar a México, Brasil y Perú sin necesidad de tomar un avión. Tlaxkali, La Brigaderia y Sour by El Escondite traen un pedazo de cada país a la capital para deleitar a los exigentes paladares ecuatorianos con sabores llenos de esas historias latinoamericanas.
Tlaxkali
El nombre de este restaurante es la palabra náhuatl que describe en castellano a la tortilla de maíz, ícono por excelencia de la gastronomía mexicana y que se ha convertido en símbolo nacional. La idea de Raúl Valdez, chef y uno de los propietarios de Tlaxkali, es que sus clientes experimenten México sin tener que moverse de Quito.
Tlaxkali se caracteriza por aplicar la nixtamalización, una técnica para procesar el maíz muy popular en México y que otorga a sus tortillas hechas a mano beneficios nutricionales y para la salud. Aquí no hay cabida para el trigo, pues la tortilla original-como dice Raúl- es la elaborada a base de maíz.
En el menú de este rincón gastronómico, la especialidad son los tacos de birria, muy famosos en Guadalajara. El platillo se compone de cinco suculentos tacos que se sirven acompañados del consomé de la carne para remojarlos.
Otra de las especialidades imperdibles son los tacos de cochinita. No se quedan atrás la suculenta sopa de tortilla, los crujientes nachos con chorizo, frijol, guacamole y queso fundido y sus salsas a base de chiles mexicanos. Todos estos platos acompañados con las tradicionales aguas frescas de jamaica, tamarindo, horchata y su coctel de autor, que lleva tequila y vino tinto.
La Brigaderia
Davi Marques, un joven de Sao Paulo, decidió emprender un viaje a Ecuador y compartir en Quito una de las cosas más valiosas de Brasil: su gastronomía.
Arrancó con los famosos brigadeiros, con más de 35 sabores de brigadeiros decidió nombrar a su negocio La Brigaderia que significa: ‘La casa del brigadeiro’. Manjares en forma circular dulces, crocantes y cremosos.
En su restaurante, el plato que destaca por su sabor es la feijoada, que junta frijoles negros con carne de cerdo, chorizo, farofa, paio, acelga, arroz, ensalada y naranjas. Su preparación podría tardar hasta seis horas.
Pero si se busca algo más ligero, sano y rico en proteína, el açai con leche en polvo, granola y frutas es el perfecto ‘snack’. La coxinha y la bolita de queso no se quedan atrás para pasar el hambre de cualquier hora del día.
Otro de los platos fuertes brasileños es el famoso strogonoff con pollo, champiñones, arroz y papas; este plato lo puedes acompañar con una gaseosa muy típica conocida como guaraná o también con una limonada brasileña bien fría.
Sour by El Escondite
La comida peruana es sinónimo de frescura, explica Carlos Araujo, propietario de Sour, quien incursionó en la gastronomía hace más de siete años. Entre las especialidades de su restaurante se destacan el Gran Ceviche y su famoso Pisco Sour.
El Gran Ceviche es una innovación de Carlos que juntó la mayoría de ingredientes más populares del Perú en un solo platillo y es ideal para compartir. En un plato hondo se sirve ceviche mixto de pescado y camarón, choclo, tostado, calamares apanados, una causa en la mitad de papa amarilla y ají amarillo con salsa rosada, leche de tigre, cebolla y lechuga.
Los platillos de Perú tienen su influencia en la comida oriental china, de ahí nace su popular lomo saltado con carne de res, papas, arroz y un toque de picante, que también se sirve en Sour.
La gastronomía latinoamericana continúa innovando y cada vez es más reconocida, no solo por sabor, sino también por transmitir en cada bocado su cultura y origen.
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