Este 7 de julio de 2024 se celebra el Día Mundial del Cacao, una ocasión para destacar la importancia cultural, económica y ambiental de este preciado fruto.
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¿Cómo nace el Día Mundial del Cacao?
La Organización Internacional de Productores de Cacao y la Academia Francesa de los Maestros Chocolateros y Confiteros establecieron esta distinción en 2010, destacando su importancia cultural y económica.
El cacao, conocido científicamente como Theobroma cacao, tiene sus raíces en las regiones tropicales de América. Se cree que su cultivo se remonta a más de 5 000 años, con evidencias de su uso ritual por culturas antiguas como los olmecas en Mesoamérica.
Los europeos descubrieron el cacao durante la conquista de América, introduciéndolo en Europa como un artículo de lujo en el siglo XVI.
Desde entonces, el chocolate, derivado del cacao, se ha convertido en una delicia apreciada globalmente.
Los beneficios de este alimento
Además de su exquisito sabor, el cacao ofrece una serie de beneficios para la salud. Es rico en antioxidantes, ayuda a reducir el colesterol y la presión arterial, estimula el sistema inmunológico y mejora la función cognitiva y el estado de ánimo.
Las semillas y hojas de cacao también se utilizan en la medicina tradicional para tratar diversas dolencias.
El cacao en Ecuador
La comunidad cacaotera se congregó para reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta este cultivo tan valioso. Durante los primeros seis meses de 2024, los precios internacionales del cacao alcanzaron niveles sin precedentes, marcando un punto crítico en el mercado global.
Según el experto Cristian Melo, docente de la UIDE, en marzo de este año, el precio del cacao alcanzó los 10 000 dólares por tonelada y en abril subió a 12 000 dólares por tonelada.
Este incremento drástico, comparado con los precios habituales de entre 2 000 dólares y 4 000 dólares por tonelada, se debe a diversos factores que deben ser comprendidos para afrontar los retos actuales y futuros del sector.
El árbol de cacao es extremadamente sensible a las condiciones climáticas. La falta de agua puede inhibir el crecimiento de flores y frutos, debilitando las defensas del árbol contra plagas.
Por otro lado, “el exceso de humedad, altas temperaturas y lluvias extremas pueden propiciar el desarrollo de plagas adicionales”.