La ‘baguette’ de pan francesa fue incluida la semana pasada en la lista de patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Unesco, que valora el saber hacer de los panaderos artesanos y la cultural social en torno a esta barra típicamente gala.
El Comité del Patrimonio Inmaterial de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) reunido en Rabat decidió incluir este arte culinario en su lista, a partir de una candidatura de Francia.
“Al registrar el saber hacer y la cultura de la ‘baguette’ en el patrimonio cultural inmaterial, la Unesco destaca que una práctica alimentaria puede constituir un patrimonio por derecho propio, lo que nos ayuda a ser parte de la sociedad”, afirmó la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, sobre esta nueva inscripción.
Homenaje a los panaderos
Según Azoulay, “honra el saber hacer de los panaderos artesanos” y también “celebra toda una cultura: un ritual diario, un elemento estructurante de la comida, un sinónimo de compartir y de convivencia”.
“Es importante que estos conocimientos artesanales y prácticas sociales puedan seguir existiendo en el futuro”, explicó Azoulay, que destacó que el registro de la ‘baguette’ “va acompañado de medidas de salvaguardia concretas que Francia y los profesionales se comprometen a aplicar”.
La candidatura francesa destaca el proceso de elaboración en cuatro pasos de esta barra de pan típicamente gala y la cultura social en torno a las panaderías, unos locales que, asegura el documento, merman año a año.
Según explica dicha candidatura, la cultura de la ‘baguette’ se generalizó después de la Segunda Guerra Mundial y es ahora el tipo de pan más popular que se consume en el país durante todo el año.
La artesanía de la ‘baguette’, indica, se remonta a las hogazas del siglo XVII y el proceso de elaboración tradicional incluye una sucesión de pasos: dosificación y pesaje de los ingredientes, amasado, primera fermentación de la masa, división, relajación, moldeado manual, fermentación, escarificación (firma del panadero) y horneado.
Se diferencia de otros panes, dice la candidatura, porque se compone de solo cuatro ingredientes (harina, agua, sal, levadura y/o masa madre) de los que cada panadero obtiene una barra única jugando con sus diferentes pasos de elaboración.
Además, Francia añade que la compra de la ‘baguette’, muchas veces diaria y económica, “hace de la panadería un lugar de sociabilidad”.
“Por lo general, está cerca de casa, es relajante, está abierta a todos y es fundamental para la vida del vecindario o del pueblo. Allí te encuentras con tus vecinos, dejas las llaves o los anuncios clasificados”. Y en los pueblos donde no hay locales, el panadero las reparte él mismo la tanda del día.
La cultura de la ‘baguette’, añade, toca también a los consumidores, ya que el gusto por esta barra de pan típicamente francesa “se transmite de generación en generación, sobre todo en las familias”.
Complacencia presidencial
El presidente francés, Emmanuel Macron, celebró que la ‘baguette’ de pan francesa y sus “250 gramos de magia y perfección” hayan sido integrados al patrimonio inmaterial de la Unesco.
La ‘baguette’ es “un estilo de vida a la francesa”, afirmó Macron en la red social Twitter, donde celebró la decisión del comité de premiar la gastronomía del país.
“Llevamos años luchando con los panaderos y el mundo de la gastronomía por su reconocimiento”, afirmó el Presidente francés.
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