La estrategia aérea de Perú quedó anulada. Todos los helicópteros que nos enviaban los derribábamos. En 1995, durante el conflicto, era capitán y comandé la Batería de Artillería Antiaérea. Con la autorización de los generales (Paco) Moncayo, y (Luis) Hernández planifiqué el empleo de los proyectiles para derribar aeronaves en los frente del río Cenepa y Santiago. Dejé 60 misiles en diferentes destacamentos desde diciembre de 1994 y en enero estaba todo listo.
Un pan grande con una vela fue el regalo para los que cumplimos años durante el conflicto con Perú, en el Cenepa. El 27 de enero, un día después del inicio de las hostilidades, fue mi onomástico 25. Mi trabajo era interceptar comunicaciones del enemigo para saber lo que estaban realizando y dónde se encontraban. No estaba directamente en el frente de batalla.
Tengo 53 años; es decir, 25 más que los que tenía en la guerra del Cenepa. Un año después del conflicto pedí la baja voluntaria y salí del Ejército en 1997. Lo hice, porque en el conflicto tuve un golpe fuerte en la columna y era difícil continuar con esa limitación.
En la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro en Quito, se realizó una ceremonia para conmemorar los 25 años de la guerra del Cenepa. El vicepresidente Otto Sonnenholzner, el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín y los comandantes de la Fuerza Terrestre Naval y Aéra acudieron al evento militar.
¿Cómo están las FF.AA. 25 años después de la guerra del Cenepa? Después de la firma de la paz y luego de realizar una apreciación estratégica, las FF.AA. cambiaron su prioridad estratégica, operativa y táctica hacia la frontera norte. Han tenido que adaptarse a varios procesos de cambio en estos años, para cumplir con la misión constitucional y satisfacer las demandas de la sociedad dentro de un escenario regional y local, en donde aparecen escenarios con amenazas complejas, impredecibles e inciertas.
El 26 de octubre de 1998, se acordó la tan ansiada paz entre Ecuador y Perú. Tuvieron que pasar tres años y medio desde el fin de la guerra del Cenepa para que se firmara un acuerdo, que estuvo en peligro en dos ocasiones.
Jueves 26 de enero de 1995. 17:56. 70 soldados desalojan a tropas peruanas que habían incursionado en territorio ecuatoriano y montado un helipuerto en Base Norte. Hubo fuego. Tres militares de ese país mueren. Otros quedan lesionados. Ecuador no reporta bajas y se declara oficialmente la guerra del Cenepa. Fueron 34 días de combate, que dejaron 33 combatientes muertos y 103 heridos de este lado de la frontera.
A los 22 años ingresé por una casualidad de la vida al Ejército. En esa época había la oportunidad de inscribirse hasta los 23 años. Estaba casi llegando al límite. Recuerdo que fui a Latacunga a visitar a unos familiares y vi que desde un avión gigante saltaban paracaidistas y me impactó.
Entrevista a Luis Aguas, excomandante del Ejército. 25 años después de la guerra del Cenepa, ¿qué recuerdos quedan? Las Fuerzas Armadas estaban preparadas, entrenadas y equipadas para hacer frente al conflicto. La tropa estaba liderada por oficiales en cada una de sus patrullas. Cada uno de ellos dirigió con liderazgo las acciones de combate, en el valle del Alto Cenepa.
"En 1995 pertenecía a la Compañía de Operaciones Especiales 21 Cóndor acantonada en Patuca (Morona Santiago). Tenía tres años en esa base y mi función dentro de las operaciones militares en el valle del Cenepa fue como comandante del Cuarto pelotón de combate en la zona de Cueva de los Tayos hasta el sector de la Y, para detectar, detener y destruir a elementos de la Quinta Región Militar del Perú que se estaban infiltrando en el sector.
Estudiaba en Quito en un colegio de educación nocturna. Decidí volver a Chone (Manabí) para entregarme voluntariamente al servicio militar. No lo hice en Quito, porque pensé que me iban a dejar en la ciudad y yo quería irme a la selva. Lastimosamente, en esa época, coincidió que había una guerra. En ese entonces tenía 17 años.
"En el año 1995 desplazamos toda la Fuerza Naval. Tuvimos en navegación las dos fragatas, cinco corbetas, tres lanchas misileras, dos submarinos, nueve helicópteros, cuatro aviones de vigilancia marítima y todo nuestro personal. Permanecimos todo el tiempo en alerta en el mar, que es nuestra área de responsabilidad.
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Luis Lara, recuerda los días que pasó durante la guerra del Cenepa, en 1995. Estuvo al mando del Tercer Escuadrón y aquí está su historia:
El 6 de febrero de 1995, Perú pierde un avión Camberra. Parece que se cayó por el mal clima o el terreno, pues el 7 y el 8 ya no volaron. Durante el 9 cambiaron su estrategia y comenzaron a hacer ataques diurnos. Eran muy predecibles. Despegaban de Talara (base militar) y ascendían para cruzar la Cordillera. Nuestros radares de tierra les captaban y nos daban la alerta.
"Es complicado recordar lo que viví entre el 21 de febrero y el 1 de abril de 1995 en el frente de batalla que abarcó las zonas de Twintza, Maizal, Baygón, Trueno Uno, Trueno Dos, Loma Shyris, entre otros sitios.
Lo que pasamos en la guerra del Cenepa es algo histórico. Hoy tengo 50 años y manejo la Dirección de Aviación Civil. Soy capitán en servicio pasivo del Ejército. Me gradué de subteniente de caballería blindada de la Fuerza Terrestre y realicé el curso de piloto de helicópteros en Guayaquil.
Mi nombre es Raúl Padilla y soy sargento primero en servicio pasivo. Tengo 45 años. Cuando participé en la guerra del Cenepa tenía 20 y era subteniente de reserva en la especialidad de artillería.
Soy Edwin Panchi Heredia, tengo 55 años y soy sargento primero en servicio pasivo. Cuando estalló la Guerra del Cenepa yo era cabo primero y tenía 30 años. Desde niño me gustaba la vida militar y por eso ingresé al Ejército.