Jefe de las FF.AA., Luis Lara: 'Perú intentaba llegar a Twintza por todos los flancos, pero no pudo'

Luis Lara estuvo al mando del Tercer Escuadrón que se encontraba en Base Sur, durante la guerra del Cenepa. Foto: Cortesía

El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Luis Lara, recuerda los días que pasó durante la guerra del Cenepa, en 1995. Estuvo al mando del Tercer Escuadrón y aquí está su historia:
El 12 de enero de 1995, luego del enfrentamiento que se produjo un día antes en el sector de la Y, recibí la disposición de asumir el mando del Tercer Escuadrón, que se encontraba en Base Sur, al mando del teniente Rafael Yánez. La misión fue defender la posición y mantener abierto el corredor logístico hacia la Y.
El 15 de enero ya me encontraba en Base Sur, en donde realizamos patrullajes diarios hacia los flancos de la posición, con la finalidad de detectar movimiento de rojos (peruanos) y asegurar que los recursos logísticos lleguen hacia las patrullas que se encontraban adelantadas.
El 24 de enero se recibió la disposición de que el subteniente Roberto Jaramillo se incorpore junto con su equipo de combate a órdenes del capitán Isaac Ochoa en Twintza, pues iban a una misión en el sector de las nacientes del Cenepa. Esto obligó a reestructurar el dispositivo.
Los días transcurrían y la tensión aumentaba. Los enfrentamientos en el área de combate se incrementaban.
El 26 de enero se produjo el ataque en Base Norte, con lo cual se intensificaron aún más los combates en toda el área. El enemigo intentaba llegar a Twintza por todos los flancos, pero el dispositivo adoptado por el Grupo de Fuerzas Especiales 26 en el área no lo permitía.
Sabíamos que Base Sur se iba a constituir en un objetivo a conquistar por el enemigo, ya que esto le permitía llegar al destacamento de Coangos o avanzar a la retaguardia de nuestras tropas que se encontraban en Twintza. Por eso se intensificaron los patrullajes en nuestro sector.
El 1 de febrero, aproximadamente a las 06:00, salió de Base Sur el personal a realizar un patrullaje por el flanco izquierdo de nuestra posición.
Cerca de las 11:00 escuchamos ráfagas de tiros por varios minutos. El teniente Yánez y su gente mantenían un enfrentamiento con el enemigo, por lo que tuvimos que organizar una patrulla para acudir a apoyarlo.

Aproximadamente, a 500 metros de la Base tuvimos un enfrentamiento con los rojos, que avanzaban a nuestra posición, pero fueron repelidos y replegados.
Sin embargo, fueron heridos el cabo segundo Rodríguez Baguí y el sargento Segundo Estacio, quienes fueron evacuados hacia Coangos.
Además, tuvimos que lamentar la baja del cabo segundo Romel Vásquez. A las 14:00 nuevamente nos encontrábamos todos en la Base y el teniente Yánez no reportó ninguna baja.
A las 16:30 llega a nuestra posición mi compañero, el capitán Diego López con su personal, quienes venían sembrando campos minados en las avenidas de aproximación del enemigo.
Analizamos el enfrentamiento que se dio en Base Sur y por donde avanzarían las tropas peruanas, por lo que se procedió a sembrar las minas, durante la noche, en el flanco izquierdo de la posición.
El 2 de febrero, escuchamos detonar una mina, luego otra y otra. Fueron aproximadamente seis u ocho minas que estallaron. El campo minado cumplía su objetivo.
Sin embargo, los enfrentamientos comenzaron más tarde nuevamente. Cada vez eran más intensos. Recibíamos fuegos de morteros enemigos, las granadas explotaban en las copas de los árboles sin causar daño a nuestro personal ni a nuestras posiciones.
Pedimos apoyo de fuegos. Estos se ejecutaron, pero no tuvieron el efecto deseado. Los enfrentamientos y el hostigamiento con granadas de morteros se prolongaron hasta las 17:00.
Mi compañero, el capitán Diego López con su personal, también combatió con nosotros ese día y al finalizar la tarde tuvo que continuar con su misión y se dirigió para Coangos.
El 3 de febrero, se iniciaron nuevamente los enfrentamientos, con mayor intensidad que los otros días.
Los rojos atacaban por varios frentes, la presión era fuerte, me comuniqué con el teniente coronel Aguas, a quien le conocíamos como Sol y pedimos apoyo de fuegos. Eso ocurrió alrededor de las 11:30.
El apoyo llegó cuando el cruce de fuegos era muy intenso. Dos helicópteros Gazelle de nuestra Aviación del Ejército cumplieron a mi parecer, la misión de combate más importante, que se dio en el conflicto.
Abrieron fuego contra las posiciones enemigas y sus resultados fueron efectivos y determinantes, pues el enemigo se empezó a replegar y a las 14:00 los enfrentamientos cesaron y volvió una tensa calma a Base Sur. Manteníamos la posición incólume. La misión la cumplíamos con éxito.
Transcurrieron varios días y el 8 de febrero fuimos relevados por el personal del G.F.E 25. Habíamos cumplido la misión gracias a todos los soldados que estuvieron bajo mi mando.
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