Cuando más se necesita dinero para financiar la reconstrucción de las vías y viviendas destrozadas, Lasso se desdice cuando propone disminuir el ingreso del impuesto a la renta, que es el tributo más justo, para favorecer a los comerciantes importadores y proseguir con su política de minimizar el papel del Estado. Nadie le pidió que bajen las recaudaciones provenientes de lo que gana la clase media alta, que ha estado contribuyendo al fisco para financiar programas en favor de los ecuatorianos muy pobres, tales como la dotación de agua potable limpia para los pueblos pequeños y barrios suburbanos a fin de prevenir las enfermedades, la reconstrucción de las escuelas y colegios públicos para que haya espacios confortables que mejoren la calidad de la educación pública y la disminución de la desnutrición infantil de los niños muy pobres. El problema real de la sociedad ecuatoriana es la pobreza acentuada de la tercera parte de los habitantes, que incluso afecta al crecimiento del narcotráfico y de la delincuencia organizada.
Con la política salarial de Lasso la clase media alta se defiende ganando en dólares, que es una ventaja importante frente a otros países que devalúan la moneda y los salarios. Aquella política más bien afecta a la atracción de inversiones, porque los empresarios están contratando trabajadores informales para pagarles menos, en lugar de crear empleos formales.
También se ha propuesto rebajar todos los impuestos para quienes instalen Zonas Francas, creando más privilegios y diferencias con las condiciones en que trabajan las empresas que pagan los impuestos. Esto se presta para que crezca la elusión tributaria porque estas exoneraciones totales tienden a ser perpetuas. Es difícil que vengan a instalar zonas francas cuando la mano de obra es cara y no muy competente para producir bienes sin valor agregado relevante.
Los decretos-ley que se aprueben en estos últimos meses podrán ser derogados por la asamblea próxima, por lo cual hay que repensar en no aumentar más los privilegios de los que más tienen sino en la preparación de la gente pobre que sufre los efectos de los fenómenos naturales.