El presidente Rafael Correa habló ayer por cuatro horas y 18 minutos. Ha sido, hasta el momento, su intervención más larga como candidato o mandatario.
Sin embargo, se guardó el último minuto de su Mensaje a la Nación, por el primer año de labores de su segundo mandato, para el anuncio político más importante de la jornada.
Se trata del pedido formal a la Asamblea Nacional para que dicte una amnistía en favor del ex vicepresidente de la República, Alberto Dahik (1992-1995).
Tras un juicio político fallido en el Congreso de la época, impulsado por el PSC por el caso de los gastos reservados, Dahik renunció a su cargo y se exilió en Costa Rica. El presidente Sixto Durán Ballén le pidió que saliera del Gobierno y se defendiera política y jurídicamente de las acusaciones patrocinadas por el ex presidente León Febres Cordero.
“Es momento de la reconciliación nacional”, dijo el presidente Correa a manera de introducción. “En el país ha habido persecución política. Yo no puedo caer ante lo que considero injusticias del pasado; más aún si algo puedo hacer para solucionarlas…”.
Antes de mencionar su nombre, el Mandatario habló de las profundas diferencias ideológicas que mantiene con Dahik, uno de los políticos impulsores de la llamada modernización del Estado, en los años del auge en el manejo neoliberal de la economía en América Latina.
Antes de pedir la amnistía Correa dijo estar convencido de que Dahik “es un hombre honrado, víctima del odio y la barbarie que en ese momento dominaban”.
El titular de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero, tiene en sus manos la petición del Presidente y con ello el desenlace de uno de los episodios más complejos de la reciente historia ecuatoriana. Para Correa, es necesaria la amnistía por los supuestos delitos que han “perseguido” a Dahik al rededor de 15 años.
El anuncio del Presidente le arrancó a los legisladores oficialistas, a los miembros de su gabinete y otros asistentes al hemiciclo un aplauso largo con el cual se terminó el informe de labores.
Correa salió de la Asamblea en cuyos pasillos no se hablaba de otra cosa que del futuro de Dahik. César Rodríguez, coordinador de Alianza País, dijo que el tema tomó por sorpresa a su bancada y, por lo tanto, no sabe detalles de cómo se manejará este pedido.
La defensa del ex Vicepresidente ha centrado sus esperanzas en la Corte Constitucional. En marzo pasado, Dahik pidió a este organismo anular el juicio penal en su contra, por la supuesta malversación de fondos públicos.
El análisis del caso llegó, mediante sorteo, a la Segunda Sala, presidida por el magistrado Édgar Zárate. La CC, sin embargo, evitó ayer dar detalles sobre el estado de este caso que todavía no ha sido tratado por el Pleno.
Otra de las pistas que pudieran explicar el interés de Carondelet por el caso del Vicepresidente es que Álvaro Dahik, su hermano, ha trabajado cerca de Correa en temas ambientales.
El anuncio de ayer guarda relación con otro hecho judicial que hizo noticia la semana pasada. Se trata del retorno del ex ministro de Economía, Jorge Gallardo, también acusado de peculado por Febres Cordero. A su llegada a Quito, el miércoles, dijo que se enfrentará a este caso porque “la Justicia ya está despolitizada”.
El viernes, en cambio, la Corte Nacional ratificó que no hay orden de prisión preventiva para el ex presidente Jamil Mahuad mientras que el roldosismo vuelve a insistir en que el Gobierno analice el caso de su líder, el ex presidente Ábdalá Bucaram.