Quito y el libro, una relación que no despega
Del 4 al 8 de junio, se realizará la feria Internacional del Libro de Quito en el parque Itchimbía. Costa Rica es el país invitado de honor y desde la organización de la feria alegan que el cartel de invitados internacionales asciende este año a 35, de ellos solo conozco o he oído mencionar a cuatro autoras.
La FIL ha recibido críticas en los últimos años. En el 2024 los autores invitados reclamaron por la deficiente organización, la mala calidad del equipo de sonido en las salas de exposición y algunos editores nacionales protestaron por el alto costo de alquiler de los stands.
Este año, nada parece haber cambiado. Invitados nacionales: los mismos autores reconocidos de siempre, casi que la feria se ha convertido en un club de amigos, en el que se rotan los mismos invitados año a año. ¿Hay presencia de autores de provincias? ¿Fueron invitadas las cartoneras, o editoriales pequeñas del interior del país? ¿Se hizo alguna alianza con las Casas de las Culturas Ecuatorianas Núcleos Provinciales para que sus principales autores participen de la feria?
El mundo del arte y la literatura siempre ha sido una lucha eterna contra el egoísmo. Y por supuesto, la superioridad de talento es una gran fuente del odio en nuestros días. Pero la FIL deberían convertirse en un puente que une islas, que dé oportunidad a aquellos autores que no tienen una plataforma donde exponer sus textos. Más allá de las deficiencias organizativas, la feria del libro de Quito puede y debe ser una de las referentes de la región, como las de Bogotá, Buenos Aires, Guadalajara o La Habana. Falta mucho por hacer, pero el primer mejor paso sería abrir las puertas a las provincias para que conviertan a la capital en una fiesta del conocimiento.
Pablo Virgili Benítez