Ecuador atraviesa una grave crisis de inseguridad vinculada a la presencia de grupos narco delictivos y crimen organizado internacional. Esta se traduce en el homicidio de niños y adolescentes.
Solo en enero de 2025, se registraron 46 menores de edad asesinados en el país. De estos, 34 tenían entre 15 y 17 años; siete, de 10 a 14 años, y cinco eran infantes de 0 a 3 años. La mayoría de las muertes se produjo con armas de fuego. Guayaquil fue la ciudad con más víctimas menores de edad (14).
Más noticias
Homicidio de niños y adolescentes es una alerta en Ecuador
Wilson Goyes, experto en riesgos, hace un recuento de la crisis. En febrero de 2025, la violencia se acrecentó, dejando 53 niños y adolescentes muertos de forma violenta, casi el doble que en el mismo mes de 2024. De estos, 46 tenían entre 15 y 17 años.
También se reportaron ataques armados que causaron la muerte de bebés y niñas en varias provincias, incluyendo Guayas, Manabí y El Oro.
Las cifras tienen identidad y rostro
Entre las víctimas se cuenta al niño de dos años asesinado la noche del 11 de enero de 2025. Un grupo de personas armadas abrió fuego frente a una vivienda en Babahoyo. Dos impactos de bala acabaron con la vida del pequeño.
Aunque no se puede hablar de una cifra exacta de víctimas colaterales, los casos abundan. A pocos días de ese hecho violento, el 18 de enero, fue el turno de un bebé de cinco meses, en Manta. Sicarios arremetieron contra el automotor en el que viajaba con su abuelo, su madre y el conductor. La madre no perdió la vida.
El pasado 28 de abril, en cambio, se produjo el asesinato de tres adolescentes, en la cooperativa Jesús del Gran Poder, en Durán.
En el ataque, una joven de 14 años murió al instante. A la par, una adolescente de 13 y un chico de 17 resultaron gravemente heridos y fueron llevados a un centro de salud, donde fallecieron.
El panorama sobre las muertes violentas de niños y adolescentes
El catedrático universitario agrega que niños y adolescentes están en la línea de fuego y son víctimas colaterales, así como directas de ataques armados y homicidios.
En el segundo grupo, por ejemplo, se cuentan los menores de edad que son reclutados desde edades tempranas (a partir de los 12 años) por grupos criminales para actividades ilícitas como microtráfico, extorsión y asesinatos.
En 2023, se registraron al menos 770 homicidios de niños y adolescentes. De acuerdo con datos del Ministerio del Interior, esa cifra representó un aumento del 640% respecto de los 104 casos registrados en 2019.
Goyes remarca que, en este 2025, Ecuador enfrenta una crisis sin precedentes en homicidios de niños y adolescentes, con tasas que se han multiplicado por más de seis veces en pocos años, en un contexto de conflicto armado interno (enero de 2024) y expansión del narcotráfico.
Reclutamiento de niños y adolescentes es terreno fértil para los homicidios
Katherine Herrera, experta en seguridad nacional, remite elementos del génesis de los homicidios de niños y adolescentes en Ecuador. En primer lugar, hay factores estructurales y la operación del crimen organizado.
Sin olvidar los incumplimientos desde el Estado, como servicios y un sistema de protección. Este abandono, además, ha contribuido al reclutamiento de niños y adolescentes para la operación de grupos delictivos.
No obstante, actualmente, también se evidencia que hay niños y adolescentes que buscan ser parte de los grupos. Como dice la experta, ya sea por necesidad, por moda o normalización del crimen.
Ellos son mano de obra barata y descartable. Herrera refiere que muchos son entrenados por los grupos armados e, incluso, por miembros de las fuerzas del orden que colaboran con las organizaciones delictivas.
Entre las provincias más afectadas por ese panorama están Los Ríos, Guayas, Esmeraldas y Manabí. El estudio Doble criminalización en cantones de ‘alta peligrosidad’ en Ecuador: un análisis in situ recoge que algunos niños empiezan como campaneros (alertan sobre lo que ocurre en el territorio de la banda).
La entrega de droga es la siguiente misión. No hay una edad específica para usar armas y matar. Los niños reclutados viven en lugares estratégicos para el crimen organizado.
Narcotráfico, trata personas, incluso, tráfico de armas son parte de la gama de delitos. En ese camino, más de uno pierde la vida.
Las dinámicas con los niños y adolescentes van cambiando
La investigación de Herrera indica que, en 2023 y 2024, un menor de edad podía ganar entre 2 000 y 4 000 dólares trimestrales, ya para 2025 hay una precarización. Es decir, pueden ganar 200 por el asesinato de cinco personas.
En esa línea, además, los niños ya no son solo vulnerables por el reclutamiento, sino que existe una “criminalización por parte del Estado”, que no les provee de política pública y de derechos.
Ellos no son identificados como víctimas del crimen organizado, sino como un actor más, cuando el reclutamiento está, a su vez, relacionado con el delito de trata de personas.
Te recomendamos