El foro sobre seguridad ciudadana convocado por el Municipio de Quito fue un oasis plural.
Mientras desde otros ámbitos se promueven los rencores y atizan las revanchas, el Cabildo dio este miércoles un paso esencial para que las posibles soluciones a la creciente inseguridad urbana tengan sentido incluyente y democrático.
No debió haber sido fácil sentar en la misma mesa a dirigentes de barrios “ricos” y “pobres”, a líderes civiles y autoridades oficiales, a organizaciones privadas y estatales, a periodistas de medios privados y públicos…
Pero se lo logró. El foro, dividido en cuatro grandes temas, impulsó la deliberación, el debate, la confrontación de ideas y, lo más importante, la posibilidad de escuchar al otro, en especial a quien no piensa de la misma manera e incluso a quien discrepa.
En su discurso de apertura del foro, el alcalde, Augusto Barrera, disipó los prejuicios de los asistentes cuando pidió que todos los sectores se pronunciaran sin recelo alguno.
“Soy un defensor de la total libertad de expresión”, dijo Barrera, pero solicitó que quienes la ejercemos, en especial desde la prensa, pongamos en práctica la autorreflexión.
Ningún medio ni periodista puede eludir el deber y la obligación que implica la conminación del Alcalde capitalino.
En cada jornada de trabajo, la prensa responsable se esfuerza por realizar el mejor periodismo posible.
Esta labor tiene que ver con el rigor informativo frente a los derechos humanos, con la valoración de lo que significa la vida, con la presunción de inocencia, con el respeto a los niños, niñas y adolescentes, con no revictimizar a quienes sufren.
Tiene que ver, también, con la apertura de espacios para que la sociedad debata y delibere justamente alrededor de uno de los mayores intereses ciudadanos: la seguridad personal, la de su familia, la de sus vecinos, la de sus amigos y compañeros.
Es necesario decirlo: así como existe la prensa responsable, hay otra que dilapida su credibilidad cuando trata temas policiales y dramas humanos.
Un periodismo que aporte a la seguridad ciudadana entiende que su papel en la vida cotidiana de su público es el servicio.
Y en ese rol el periodismo debe convertirse en el lugar donde se informen y cuenten los hechos en su justa dimensión y se los explique en sus contextos político, económico y social.
El oasis de pluralismo que se vivió el pasado miércoles en el foro convocado por el Municipio debe no solamente repetirse sino fortalecerse y consolidarse.
Los ciudadanos necesitamos espacios para reflexionar y aportar con ideas a mejorar y cuidar nuestras vidas. Y para eso es clave que desde el poder político, en este caso el local, se proclame abiertamente el respeto absoluto a la libertad de expresión.