Las leyendas y hasta la nostalgia del África perdida en la lejanía del océano, creó en algunas culturas caribeñas, donde emigraron sus integrantes por la fuerza de los grilletes, la referencia imprescriptible de los mitos. Con el respeto a esas tradiciones y rasgos culturales, un símil de los muertos vivientes es válido para entender, por lo menos parcialmente, el panorama político del Ecuador y el previsible futuro electoral del año siguiente.
El gobierno por una extraña estrategia resolvió- en su mesiánico deber bíblico anti prensa – dar otro puntillazo y prohibió que sus ministros, así como empleados secundarios concurrir a dar entrevistas a los perversos medios independientes, a los que agregó el adjetivo de mercantilistas al repetido de corruptos.
La reacción de los medios fue sorpresiva pero tranquila. Después de cinco años de soportar una gama de adjetivos injuriosos, una raya más al tigre lastima pero no lima las garras de una tenaz labor informativa en una sociedad donde abundan las sospechas y escasea la transparencia. Hasta allí no hay sorpresa. Pero la reacción amnésica, abúlica y antiética de los partidos o movimientos de la oposición o de actores políticos no gobiernistas que aspiran a competir en la próxima lid electoral es insólita.
No es válido argumentar que en algunos casos existe una jubilación prematura, pues en política no existe tal beneficio; de lo contrario, no sentiríamos un profundo orgullo por Lagos, Lula, Mujica o Lugo. Es comprensible en el caso de los nuestros su no participación electoral, pero es inexplicable su ausencia permanente de la escena política. En cuanto a los nuevos como movimientos o lideres, presuntos actores para las elecciones en menos de un año, la situación no tiene sentido, salvo que recurramos a desentrañar las arcaicas prácticas del Vudú y creamos en los zombies o muertos vivientes.
Esos neonatos- sus partidos y profetas- al parecer no tienen nada que ver con los enredos y confusiones del Ecuador 2012 y solo están predestinados para el 2013. Los aconteceres diarios no merecen su atención. Solo se dedican, con envidiable tesón, a recoger firmas para participar en la competencia del2013; probablemente, por alguna razón estratégica o algún efecto sicodélico. Ellos no tienen que ver con las avionetas que surcan nuestro espacio aéreo con dólares en efectivo o sin pilotos como la que aterrizó en Santa Elena; de igual manera, su silencio evidencia que no saben que en Siria existen niños y, por ende, desconocen si son víctimas de las masacres sobre las cuales el Ecuador guarda un silencioso respeto . Tampoco les interesa si debemos estar en la OEA o si les incomoda la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; por supuesto, ignoraron nuestra entrometida en el delicado asunto de Bolivia y Chile. ¿Son ciegos como pinta Saramago o simplemente encubiertos partidarios de la reelección presidencial?