Adicionalmente a los irritantes castigos que por decir la verdad hoy sufren el coronel Carrión, Emilio Palacios, El Universo y La Abg. María Leonor Jiménez de Viteri hoy se suman los periodistas Juan Carlos Calderón y Christian Zurita, autores del libro ‘El Gran Hermano’ y la persecución a la jueza Mónica Encalada. Estos ejemplos me permiten declarar la muerte de la justicia en nuestro Ecuador.
Asistimos al sepelio como resultado del matrimonio del poder y la justicia. Cada una de las irritas sentencias y castigos son puñales que certeramente han matado a la justicia. Hoy, decir y difundir la verdad es delito si se afecta a su majestad.
Paz en su tumba.