El grupo de estados caribeños, que actualmente forma parte de la estructura institucional de la Organización de Estados Americanos, accedió a la vida independiente y soberana en el proceso de descolonización alentado por la comunidad internacional a mediados del siglo XX, que modificó el mapa político de algunos sectores del planeta. Su incorporación a la OEA se produjo en el curso de unas deliberaciones de la Asamblea General, en cuyo desarrollo tuvo un papel significativo el expresidente del Ecuador, Galo Plaza Lasso, a la sazón en ejercicio de la función de Secretario General de la Organización.
La admisión de nuevos miembros está contemplada en el Art. 6 de la Carta Constitutiva de la OEA, según el cual “Cualquier Estado Americano independiente que quiera ser miembro de la Organización, deberá manifestarlo mediante nota dirigida al Secretario General, en la cual indique que está dispuesto a firmar y ratificar la Carta de la Organización así como a aceptar todas las obligaciones que entraña la condición de Miembro, en especial las referentes a la seguridad colectiva, mencionadas expresamente en los artículos 28 y 29 de la Carta”. La Asamblea General, previa recomendación del Consejo Permanente de la Organización, determinará si es procedente autorizar al Secretario General para que permita al Estado solicitante firmar la Carta y para que acepte el depósito del instrumento de ratificación correspondiente.
A pesar de la claridad conceptual de la normativa vigente, las deliberaciones sobre el tema del ingreso del grupo de estados caribeños tomaron algún tiempo. Tal vez gravitaban los antecedentes originados en las Naciones Unidas sobre el tema.
Durante varios años fue motivo de consideración en el marco de la ONU el problema de los denominados “mini-Estados”; igual cosa ocurrió en la organización regional. En efecto, la cuestión se discutió en el entonces llamado Consejo de la Organización, cuando se estudiaba el procedimiento para la admisión de nuevos miembros: se puso énfasis en que, al considerar una solicitud de ingreso, se tomase en cuenta si el Estado peticionario es capaz de cumplir “las obligaciones que entraña la condición de Estado Miembro”. Estos antecedentes le llevaron al Secretario General a replantear el asunto en una comunicación dirigida a la Asamblea General, sugiriéndole incorporar a la agenda de la reunión ordinaria de 1973 el tema titulado “Situación de los Estados de pequeña extensión territorial, escasa población y limitados recursos económicos que aspiren a ser miembros de la Organización”.
Galo Plaza señaló que la Secretaría General, al proponer la cuestión, no ha tenido otro empeño que el de llamar la atención de la Asamblea General hacia un asunto que es sin duda de interés para la Organización y para los propios Estados nuevos que se formen. Tiempo después, el ingreso de los estados caribeños le dio a la OEA la dimensión continental que ahora tiene.