En un entorno de polarización, los derechos ciudadanos de expresión e información están seriamente afectados, gracias a la consolidación de una plataforma de medios estatales, paraestatales y al establecimiento de un entramado legal que limita el desenvolvimiento fluido de la comunicación.
El derecho a la libertad de opinión y de expresión es una derivación del derecho fundamental de todo ser humano a la libertad personal, este derecho está íntimamente ligado a los derechos a libertad de conciencia, libertad de reunión, derecho a la propiedad individual o colectiva, derecho a la protección contra injerencias arbitrarias sobre su vida privada. El derecho a la libertad de opinión y expresión protege a los ciudadanos en dos vías, tanto a quien se expresa como a quien recibe la expresión por cualquier medio, esto es: la libertad de prensa y el derecho a recibir informaciones.
La función ética en el ejercicio periodístico de Diario El COMERCIO, se centra en la reflexión acerca de la manera en que desde el desempeño individual se contribuye, a través de la palabra, a reforzar los criterios personales y el respeto por los ajenos.
Por ello es de especial relevancia que el trabajo periodístico se entienda, como en muchas otras tareas que se lleva a cabo día a día, que no solo se trabaja para uno mismo, para convertirse en líder de opinión, para hacer que otros repitan lo que uno dice, sino para contribuir a que los demás se formen su propia idea de lo que sucede en el mundo.
La declaración Universal de los DD.HH., expresa en su art. 19: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.