En su recorrido por el mundo, Imagine Van Gogh llega a Ecuador como una experiencia inmersiva que ofrece la oportunidad de conocer la obra del famoso pintor holandés de una forma única.
La exposición estará disponible a partir del 15 de octubre en el CCI Arena, en Quito. Las entradas están disponibles en línea a través del portal de Buenplan.
Alrededor de 200 pinturas de Vincent Van Gogh se proyectarán en pisos y paredes de un gran escenario inmersivo, en un recorrido acompañado por la música de grandes compositores.
Annabelle Mauger, directora artística del proyecto, llegó al país para la apertura de la exposición. En una conversación con EL COMERCIO, compartió su experiencia detrás de la muestra y su fascinación por un artista que hizo arte y poesía de la vida cotidiana.
Por años, Imagine Van Gogh fue parte de una exhibición permanente en la Cathédrale d’images, en Francia. ¿Cómo se convirtió en una muestra itinerante?
Imagine Van Gogh en la Cathédrale d’images tuvo tanto éxito que decidimos crear una exhibición itinerante, pero bajo una producción diferente. Como la directora artística debo decir que esa fue la parte fácil. La parte técnica fue lo más difícil porque necesitábamos conseguir toda la tecnología adecuada para la proyección. Para eso trabajé en conjunto con Julien Baron, el codirector técnico del proyecto. Cada proyecto tiene una escenografía diferente. Cada montaje es intenso y especial en cada escenario.
¿Cuál es la pieza central de la exhibición?
Lo más importante es crear la experiencia inmersiva con imágenes que se proyectan sobre el piso y las paredes. El elemento más simbólico de Imagine Van Gogh es la columna que se instala en el centro de la exposición. Se asemeja al arte ukiyo, una forma particular de la pintura japonesa conocida por sus lienzos largos y estrechos, que también inspiró a Van Gogh.
¿En un escenario envolvente, cómo se guía el visitante?
En la exhibición, de cierta manera ayudamos al visitante a entender qué es lo que se necesita ver de cada pintura. Se pueden ver las pinturas de dos formas. La primera es de cerca, donde se puede observar el detalle de cada pincelada y el movimiento que hizo el artista en cada segmento. Y en la segunda se toma distancia para ver el resultado de ese detallado proceso desde diferentes ángulos.
¿Hay una estructura narrativa o un orden específico en que se proyectan las pinturas?
La exposición recoge la obra de los dos últimos años de la vida del artista. A partir de allí, el recorrido se divide en tres partes. La primera se denomina Arles, la primera ciudad a la que llegó cuando se trasladó al sur de Francia. La segunda es Saint Rémy de Provence, que fue el lugar donde se internó después de cortarse la oreja. La tercera es Auvers sur Oise, en el norte de Francia donde pasó los últimos días de su vida. Se pude decir que la muestra tiene un orden geográfico y cronológico. De esa manera se puede ver la evolución del artista en cada uno de estos periodos y lugares.
¿Cómo llegó Ecuador a ser parte del itinerario?
Ecuador es parte del viaje en América del Sur que empezó en Buenos Aires y es probable que tenga un viaje muy largo en la región. Lo más importante es que todas estas pinturas puedan viajar de esta manera, pues es una forma democrática de dar acceso a la cultura y el arte en cualquier parte del mundo sin importar la edad, la cultura o el idioma. Es importante que los visitantes se encuentren frente a las pinturas y entiendan y sientan a su manera. Creo que es la mejor manera de transmitir lo que él artista quiso hacer con su obra.
¿Qué impacto tiene el arte en la sociedad?
En los últimos tres años de pandemia el arte fue un arma contra el covid. Las exhibiciones inmersivas pudieron permanecer abiertas debido a su gran formato. El confinamiento fue muy duro para todos, pero el arte fue un arma poderosa contra la soledad cuando las personas no podían salir a la calle y ver a sus amigos y familiares.
¿Qué se espera revelar de Van Gogh con esta muestra?
Primero, él no estaba loco. Era un hombre y un artista emocional y sensible. Segundo, creo que tuvo una vida muy difícil. Vincent recibió el mismo nombre que le habían puesto a un hermano que nació muerto exactamente un año antes. De cierta manera Vincent Van Gogh es una persona que nació de cierta forma muerto. Hizo de su emoción y sensibilidad una fortaleza transmitida en la pintura, en la que de cierta forma también buscaba un alivio.
¿Artísticamente, qué es lo que más aprecia de Van Gogh?
Me hace feliz descubrir que este hombre decidió ser pintor por sobre todo, lo que no fue fácil en ese tiempo. Van Gogh dejó de lado escenas y personajes de la aristocracia y empezó a pintar paisajes, trabajadores, indigentes, gente normal y eso constituyó un gran cambio y parte de su éxito. Hizo arte y poesía de la vida cotidiana.
Imagine Van Gogh es una experiencia visual, pero también sonora. ¿Cómo suenan las pinturas de Van Gogh?
Musicalmente, hay dos formas de experimentar la exhibición. Una es con música de la misma época en la que fueron pintadas las obras. Otra forma es con un ‘soundtrack’ con música que escucho cuando veo las pinturas.
La pintura es un arte que ha estado dominado por artistas masculinos. ¿Cuál es su visión sobre el papel y la presencia de la mujer en el arte contemporáneo?
Hay muchas artistas mujeres, pero son desconocidas y ese es el problema. Creo que las cosas están cambiando. América tiene uno de los mejores ejemplos en Frida Kahlo. Ella cambió muchas cosas porque supo qué y cómo quería comunicar sus ideas, especialmente en sus autorretratos. En estos tiempos, las redes sociales son un espacio donde se muestra la mejor versión de cada uno, pero Frida Kahlo tuvo el coraje de mostrarse tal como es, con su dolor y sufrimiento, a través de la pintura.
Ha pensado en algún artista americano para su siguiente proyecto
Frida Kahlo y quisiera centrarme en sus autorretratos porque tienen tantos detalles que muchas veces pasan desapercibidos. Sería una forma muy interesante de trabajar con estos detalles en Image Total y quisiera regresar a Ecuador con esa exhibición.
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