El pesebre más grande de las siete comunas tsáchilas está en la iglesia Cristo Luz del Mundo, en Chigüilpe. Fotos: Maria Victoria Espinosa y Cortesía
Los tsáchilas celebran la Navidad entre pesebres, música, ofrendas y comida típica. En las siete comunas nativas, las preparaciones navideñas empiezan el 1 de diciembre y se prolongan hasta este martes 25 de diciembre del 2018.
Cada año, una familia es prioste del Niño Jesús y se encarga de organizar las novenas de aguinaldo y las celebraciones eclesiásticas. Durante el fin de semana, se realizaron actividades con los niños en las comunas. Los dirigentes les llevaron fundas de caramelos y juguetes. El lunes, en cambio, concluyeron las novenas y las misas.
Germán Calazacón, de la comuna Chigüilpe, afirma que los tsáchilas buscan combinar sus tradiciones con las de la Iglesia Católica, a la que pertenece el 90% de los tsáchilas.
Cada año las mujeres priostes tejen un tunan (la falda típica con rayas blancas y azules) para el Niño Jesús. Además, cambian el vestuario típico de la mujer nativa, de la Virgen de El Cisne y de María.
En el pesebre también se colocan animales típicos de los bosques tsáchilas como el tigrillo, aves, peces, armadillos e incluso serpientes. Las novenas también tienen un toque nativo. Las canciones y oraciones como el padrenuestro se rezan en tsa’fiki, el idioma de los tsáchilas.
También se tocan canciones con marimba y bombo. En estas celebraciones, los tsáchilas aprovechan para bautizar a sus hijos como una muestra para reafirmar su fe.
Ayer lunes 24 de diciembre, en vísperas de Navidad, se tenía previsto que las celebraciones empezaran desde temprano. Los tsáchilas organizaron concursos ancestrales, jugaron fútbol y vóley. También prepararon alimentos típicos. En la noche, las familias asistieron a misa y luego a un baile general en el área comunal dentro de sus aldeas. Ahí se presentaron grupos musicales nativos, integrados por jóvenes.
Abraham Calazacón, propietario del centro cultural Mushily, dice que en esta época una de las comidas que más se degusta en los hogares tsáchilas es el palmito, debido a que es temporada de cosecha.
El palmito es el ingrediente estrella para las ensaladas de la cena navideña. Esta se acompaña con verde asado o arroz, maito de gallina o pescado.
También se prepara la chicha tsáchila con caña de azúcar y maíz triturado.
Jorge Calazacón, de la comuna Peripa, afirma que hace unos 10 años atrás el menú para la Navidad era diferente.
Los tsáchilas salían desde el 23 de diciembre a cazar animales como la guanta, guatuso, puerco sahíno y pescado. Pero esos animales ya no se encuentran en los bosques tsáchilas. “Los mestizos contaminaron nuestros ríos y empezaron a cazar a nuestros animales para comercializarlos. No sabemos si huyeron o ya no hay”.
Por eso ahora para hacer un ayampaco (pescado envuelto en hoja de plátano) deben ir hasta el mercado. “El sabor cambia porque nuestro pescado era de agua dulce y ahora compramos de mar”.
Una de las tradiciones mestizas a las que se ha resistido la mayoría de tsáchilas es la de instalar el árbol y los adornos navideños. Sin embargo, a las afueras de sus casas sí se instalan grandes pesebres.
María Calazacón, de la comuna Colorados del Búa, señaló que el Comité de Padres de Familia pide a los maestros de la escuela intercultural Abraham Calazacón, que en las celebraciones navideñas no se inculquen las tradiciones mestizas como las de Papá Noel, el Polo Norte y los renos.
Por eso, en la celebración navideña de este año, los 300 niños tsáchilas fueron vestidos con su indumentaria típica y las madres de familia prepararon comidas y dulces tsáchilas.