La historia de los Caranquis, en un cómic

Paulo Aguirre asegura que seguirá con la producción de cómics. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO.

Paulo Aguirre asegura que seguirá con la producción de cómics. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO.

Paulo Aguirre asegura que seguirá con la producción de cómics. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO.

En el último año y medio aumentó su interés por conocer la historia de los caranquis. Paulo Aguirre, egresado de la carrera de Diseño Gráfico, consultó libros, recorrió museos y entrevistó a historiadores para ilustrar el cómic ‘Caranqui Huambracuna’.

Las 27 páginas que relatan esta historieta circularán en formato digital. Sin embargo, durante este mes son expuestas en gráficas, en formato A3, en el Centro Cultural El Cuartel, de la capital de Imbabura.

Este es uno de los actos preparados por el tercer aniversario de este espacio cultural.

El creativo, de 27 años, eligió como ícono principal a Atahualpa. Asegura que busca resaltar que este gran líder vivió en su natal ‘Carangue’, como se denominaba al territorio de este pueblo norandino.

En este corto relato plasma sucesos como la resistencia caranqui contra los incas, la batalla de Yahuarcocha.

También recrea la alianza matrimonial de Huayna Capac con la princesa Paccha. Luego, el nacimiento de Atahualpa, emperador caranqui.
Es un cómic que cuenta las crónicas históricas, pero de una forma atractiva.
Un instante de la historieta que se destaca es la marcha de Atahualpa y su ejército desde Caranqui hasta el Cusco.

No solo es una ilustración gráfica de entretenimiento, sino que educa y promueve la identidad de este grupo ancestral, considera Franz del Castillo, director de Cultura del Municipio local.

En esta muestra también hay un espacio reservado para otros personajes. Uno de ellos es Nazacota Puento, un cacique indígena.

En el cómic se narra que fue nombrado comandante de las tropas de la confederación del pueblo Caranqui, constituida además por otavalos y cochasquíes, para enfrentar la invasión de los incas.

Se señala que durante 17 años resistieron las invasiones de Atahualpa.
Las figuras de los guerreros fueron diseñadas de acuerdo con las descripciones de las crónicas. Aguirre explica que para diferenciarlos, a los caranquis les dibujó en color verde y a los incas, en grises. En la vestimenta además hay motivos incaicos y andinos.

Una característica que diferenció a los pueblos del norte es que mantenían una distribución a través de tolas.

En el denominado período de Integración, en lo que es la actual ‘Provincia de los Lagos’ y el norte de Pichincha se levantaron más de 5 000 montículos de tierra, según el libro ‘Caranquis’.

La distribución y ubicación están relacionadas con los diversos pisos ecológicos.

Las tierras que se ubicaban entre los 2 000 y 3 000 metros, por ejemplo, se destinaban al cultivo del maíz. Mientras que sobre los 3 000 m hay cultivos de papa, oca, quinua y sobre los 3 600 m, páramos.

Para estructurar el guion también utilizó como referencia varios cómics. Incluso, el experto de una revista le dio algunos consejos para la creación de diálogos y viñetas.

Esta últimas permiten representar cada parte de una historieta.

La ilustración de Caranqui Huambracuna le tomó más de seis meses de elaboración. La Dirección de Cultura planea utilizar esta herramienta en un proceso de reinsertar la historia de los pueblos aborígenes a través de la caricatura.

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