Alfredo Pinoargote Jr.: 20 años en el universo del periodismo deportivo

Alfredo Pinoargote Quiroz se inició en el ámbito periodísticos a los 13 años. Desde Suiza, donde residía en ese entonces, enviaba artículos y fotografías para la revista Estadio. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO

Alfredo Pinoargote Quiroz se inició en el ámbito periodísticos a los 13 años. Desde Suiza, donde residía en ese entonces, enviaba artículos y fotografías para la revista Estadio. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO

Alfredo Pinoargote Quiroz se inició en el ámbito periodísticos a los 13 años. Desde Suiza, donde residía en ese entonces, enviaba artículos y fotografías para la revista Estadio. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO

Alfredo Pinoargote Quiroz (Guayaquil, 1980) se inició en el periodismo a los 13 años como corresponsal en Ginebra (Suiza) de la revista deportiva Estadio. Mientras sus compañeros de la escuela suiza La Gradelle jugaban fútbol en los recreos, él aprovechaba esos entretiempos para escribir artículos sobre los futbolistas latinos que, en los años noventa, triunfaban en Europa: los argentinos Gabriel Batistuta y Abel Balbo; los uruguayos Rubén Sosa y Daniel Fonseca; el colombiano Faustino Asprilla…

Los textos los escribía en máquina de escribir y luego los enviaba por fax. Las fotos las despachaba por correo y tardaban una semana en llegar a la redacción de la revista ecuatoriana.

Claro, en una época en que la inmediatez en el periodismo aún no se había asentado en los imaginarios de las redacciones. De repente, se le escapaba una que otra falta ortográfica. Su padre, Alfredo Pinoargote Cevallos (actual presentador de noticias Ecuavisa), que en ese entonces se desempeñaba como embajador ante las Naciones Unidas en Suiza, le ayudaba a corregir, a pulir, a adobar sus textos para que estén aptos para los lectores.

Apenas era un ‘teenager’, pero ya tenía asignado en Estadio una columna acuñada ‘Fuera de serie’, en donde destacaba lo más importante del fútbol latinoamericano en tierras europeas. En vez de ir a las fiestas quinceañeras de sus amigas, tomaba el tren y atravesaba una y otra ciudad de Europa, se infiltraba en las concentraciones deportivas de equipos como el Milán (Italia) –el equipo del cual es hincha-, asistía a partidos con su privilegiado carnet de periodista.

Una vez que terminó la secundaria, ingresó a la Universidad San Luis de Bruselas, primero, y luego a la Universidad de Ginebra. En ambas instituciones, estudió Ciencias Políticas y Sociales. No pudo graduarse en terreno europeo ya que su papá tuvo que regresar al Ecuador. Así que en tierras guayaquileñas, homologó las materias tomadas en Europa y concluyó su carrera en la UEES. Obtuvo el título de Periodista Internacional.

Y como todo en su vida ocurre de manera precoz, apenas se graduó, en el 2006, se vinculó a Ecuavisa. Fue él quien les ofreció, a manera de proyecto, el programa Panorama Internacional.

La propuesta de un espacio con noticias internacionales les agradó a los directivos del canal. Así que se animaron a lanzar al aire un piloto. Como tuvo acogida, el espacio televisivo fue aprobado inmediatamente y sigue transmitiéndose. Él –junto a Catrina Tala- es el conductor del programa, pero también se desempeña como productor y director.

En julio del 2009, en cambio, presentó junto a Rogelio Arosemena la propuesta al mismo canal para hacer el programa deportivo ‘Código fútbol’. También fue aprobado y se convirtió automáticamente en el director y presentador. Lo mismo ocurrió con el espacio ‘Entre flashes’, que inició en febrero del 2013 y hace las funciones director y productor.

“Es un lujo trabajar en algo que te gusta”, dice Alfredo, quien es casado con Cristina Maldonado, una diseñadora industrial, y tiene a José Alfredo, su hijo de un año y medio. Es amante de la pizza con prosciutto crudo.

Los domingos suele comer junto con su esposa e hijo en casa de su padre Alfredo Pinoargote Cevallos. Tal como hacía de adolescente, si bien ya no tiene recreos para hacer sus artículos, a sus 34 años, ahora aprovecha los recovecos que le deja su ajetreado trabajo en televisión para continuar escribiendo para Estadio. Esta vez, solo, sin que su padre tenga que requisar las faltas ortográficas.

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