Entre varios propósitos contenidos en las “enmiendas” a la Constitución, hay uno por el cual se declararía que la comunicación es un “servicio público”.
Es notorio que el Gobierno cuenta con un amplio aparato de difusión de sus actos, obras, propósitos, etc., etc., tanto del Ejecutivo como del Legislativo, con un grupo de periódicos, revistas, estaciones de radio y TV, principalmente. Aun interrumpiendo programas ordinarios de la TV y la radio, a título de “cadena nacional”, difunde información y propaganda gubernamental a cualquier hora y en cualquier circunstancia.
Contando, además, con aparato sancionador conferido por la Ley de Comunicación, es preocupante que con el pretexto de “servicio público” alguien pretenda dictar normas de conducta sobre lo que se puede publicar; sobre lo que debe escribir o no el periodista; sobre lo que no puede dibujar el caricaturista; en fin, no solo cuestiones de conducta.
La animadversión del poder público contra medios independientes, existió siempre.
Por el año 1956 -administración del Dr. Velasco Ibarra- prosperó un movimiento político juvenil y combativo: ARNE, con dirigentes valientes como el Dr. Jorge Luna Yépez, Dr. Jorge Crespo Toral y Dr. Manuel Araujo Hidalgo. Editaban un periódico, mientras izquierdistas también publicaban el suyo, bajo el título de El Pueblo. En aquella época, el poder habló de periodismo venal y corrompido, de prensa amarilla que vende a tantos sucres el centímetro, etc. El movimiento murió; el gobierno del Dr. Velasco cesó y la prensa independiente continuó enhiesta y digna en su labor.
En estos años, el Gobierno no ha cesado en menospreciar y calificar peyorativamente a la prensa independiente.
Es para no olvidar el juicio penal contra diario El Universo, por haber publicado una nota editorial del señor Emilio Palacio, juicio en que condenaron a la empresa y a sus directores a pagar multa de 40 millones de dólares; y al periodista autor de la nota editorial, adicionalmente a tres años de prisión. De igual manera, la persistencia en investigar y sancionar al diario La Hora, bajo cualquier motivo, entre los casos más notables.
Estas evocaciones, a propósito de la sesión solemne que realizó el Directorio de la UNP, el pasado 20 de este mes, para entregar un reconocimiento a los socios; y, en particular a expresidentes.
Luego de ocho años, cuando desde el Gobierno se ha combatido a la prensa independiente, fue alentador verificar la asistencia de por lo menos 350 socios activos, expresando su lealtad a la entidad y, sobre todo, a los principios de libertad de expresión y dignidad en el ejercicio profesional “sin amilanarse”.
Su presidente, Lcdo. Vicente Ordóñez Pizarro, quien cumple su segundo mandato, anunció que no pretende un tercero, ya que la alternabilidad es esencial en la vida democrática.