Por fin hemos captado la amarga realidad que se mantenía oculta, en el subconsciente colectivo, por el desmoronamiento de la justicia plagada de acciones apartadas de las normas legales, por las cuales jueces y magistrados liberaban prematuramente a ciudadanos condenados por delitos de extrema gravedad, ya sea por desconocimiento jurídico, por argucias legales o por entrega de su integridad al mejor postor.
No se veía cercana la posibilidad de instaurar el orden y castigar a los jueces y fiscales que carcomían los cimientos de los órganos de justicia; pero se venían elaborando, en la fiscalía, investigaciones y peritajes, altamente especializados, que llevaron al descubrimiento de miles de datos y de chats, guardados en los equipos electrónicos retirados a los delincuentes. Esa histórica información fue el arma con la que la valiente Fiscal General de la Nación, pudo detectar a un crecido número de políticos, policías en servicio activo, jueces, fiscales, presidentes de tribunales, narcotraficantes, expresidentes de la república, exvicepresidentes, exlegisladores, legisladores actuales, todos que, coaligados y fusionados, convertían a nuestra patria en un narcoestado. Son espeluznantes las conversaciones, planes, órdenes y encargos que cruzan entre ellos y más triste y doloroso es enterarse de que el expresidente prófugo conversaba directamente con el “patrón”, personaje obscuro, que concedía préstamos económicos para conseguir la liberación del exvicepresidente. Si enaltecemos y apoyamos irrestrictamente a la doctora Diana Salazar, no podemos dejar de homenajear al héroe que, a pesar de haber sido asesinado, continúa probando la verdad de sus múltiples denuncias, gracias, Fernando Villavicencio. La manta de la corrupción invadió muchos ámbitos y entre ellos también el electoral, como declaró una implicada en uno de los casos de fiscalía, cuyas expresiones coincidieron con las expuestas por el joven y prestigioso abogado batallador incansable, en contra de todo acto de corrupción, Juan Esteban Guarderas.
La contaminación metastásica, que trata de ser limpiada con la purga y terminar con las plagas, recuerda y mantiene escenarios nauseabundos de políticos poderosos que, respaldados por abogados, jueces, registradores de la propiedad, funcionarios del ministerio de agricultura, policías y autoridades sobornadas, han arrebatado, a gente muy pobre, con argucias legales y un poder inhumano y casi omnímodo, gigantescos terrenos, han arrasado sus humildes viviendas, han apresado a los que resistían el abuso y se han apoderado de los costosos lotes, en varias ciudades de la costa. La maldad y la corrupción han invadido al país, pero este es el momento de enfrentarlas; no descansemos, aunemos voluntades y ayudemos a desarticular este ensamblaje maligno de políticos, negociantes poderosos, delincuentes, policías, abogados, funcionarios y magistrados.