Cada semana aparece un nuevo escándalo, que echa tierra sobre la memoria ciudadana, a efectos de sepultar al anterior en un cementerio de impunidad, corrupción y compadrazgos de ocasión.
a) ¿No cuentan los antecedentes ni las formas?: El CPCCS ha designado como representante de la Corte Nacional de Justicia al Consejo Nacional de la Judicatura y, como tal por disposición legal su presidente, a un cuestionado ciudadano, no solo por sus delicados antecedentes en el ejercicio de su profesión, sino también por su cuestionable designación que atropelló a la persona anteriormente designada (ciudadana con méritos académicos), cuanto por su apresurada posesión ante la Asamblea. Funcionario que tendría a cargo participar en el proceso de selección de los ministros de la Corte Nacional de Justicia, todo lo cual dado con el fragrante y evidente apoyo del oficialismo y el correismo, en clara manifestación y praxis que no se respeta la separación de poderes y que prevalecerían los particulares intereses. Tras lo cual estaría, no solo la ya manoseada impunidad, sino algo más grave aún, la posibilidad del descarado retorno, vía nulidad de sentencias, de una pesadilla que amenazantemente ha rondado como fantasma las más oscuras calles políticas del país. Tretas en las cuales, se esconde, maquilla y conjuga la hipocresía política con las soterradas y/o santurronas acciones y/o omisiones, con disimuladas pero claras intenciones. Queda pendiente una explicación de los impulsores, esto es, ¿por qué la persona inicialmente designada, que gozaría de prestigio, fue repentinamente reemplazada? ¿Será acaso, porque no sería manipulable…? Dado lo cual, no es más que un espaldarazo a las viejas prácticas del viejo país. b) ¿No importa las consecuencias?: La imprudencia – fruto del distanciamiento político con el oficialismo – manifestada en el marco de desafortunadas declaraciones del presidente de la Asamblea, en principio – de lo que se alcanza a ver en el video que ha circulado en redes – dadas en New York, en las que, en una reunión dice que en el Ecuador “…a nadie le interesa si el señor (refiriéndose a Glas) estaba en una embajada o en la cárcel…”, sugiriendo que la medida tomada por Noboa fue con cálculo político y contraria a los intereses del país, ya que el Ecuador estaría – según él – paralizado por esta razón. Tesis, sin duda discutible, pero que, de alguna manera se alinea con la de Correa en lo que respecta al rechazo al ingreso a la sede diplomática y a las sanciones, ya que quedaría el país implícitamente expuesto debido a la importancia del cargo de quien lo dice, en un delicado momento, en el cual el tema se ventila en una corte internacional; dándose, por ende, al final del día una suerte de espaldarazo a las pretensiones del gobierno mexicano. c) ¿Contestaciones con sustento?: La denuncia del oficialismo, con aparentes datos específicos y técnicos, en contra de una empresa en el que el alcalde del puerto principal y su familia serían accionistas, generó como respuesta del aludido, indicar que, las motivaciones del denunciante serían políticas en un momento que la ciudad demanda recursos, que se trataría de una farsa y, haciendo énfasis que la denuncia habría sido planteada – a criterio de él – sin sustento. Cuando, la respuesta del alcalde se caracterizó justo por eso, diciendo todo, pero sin explicar nada, es decir, careció del sustento necesario en el fondo del tema, que le permita desvirtuar o aclarar las acusaciones, lo cual da como resultado final, que las dudas sigan flotando en el ambiente hasta que el tema se aclare judicialmente o quede enterrado con el espaldarazo del tiempo. d) El correismo salva a W. Terán: De los 135 votos, se necesitaban mínimo 92 para la censura, dándose 80 a favor, 2 ausentes y, 44 “oportunas” abstenciones del correismo, que permitieron salvar al peculiar e histriónico expresidente del Consejo de la Judicatura, acusado por cierto de graves delitos por el caso Metástasis, detenido ya varios meses, vecino de Glas en la urbanización La Roca, en la cual también habita Muentes. En otras palabras y en tales circunstancias y, para variar, los asambleístas correistas dieron un espaldarazo de respaldo no solo político sino también “moral” al muy cuestionado individuo. ¡Vaya que tal!
Veamos qué escándalo aparece los días venideros, que como es costumbre, sepultará a los actuales.