Las creaciones de Laura Muñoz se exjiben en su almacén del Centro Municipal de las Artes de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
La Chola Cuencana y su esposo son la principal inspiración de Laura Muñoz, quien suele fotografiarlos en sus actividades cotidianas. Luego plasma esas imágenes en los dibujos con los que decora sus creaciones elaboradas en madera.
Ella y su esposo Pablo Quito elaboran adornos y artículos utilitarios como portaservilletas, portacubiertos, portallaveros, joyeros, cajas para té y otros artículos.
Muñoz se encarga de la decoración y Quito de la elaboración de las estructuras de madera. Ella dibuja a la chola y al cholo sembrando, tejiendo los sombreros de paja toquilla, pastando las ovejas o elaborando ollas de barro.
Muñoz estudió tres años en la Escuela de Diseño. Allí, perfeccionó su habilidad por el dibujo. En la actualidad, asiste a cursos o talleres de pintura para mejorar o conocer nuevas técnicas. Su esposo le envía las cajas en crudo y ella hace los grabados. Luego reenvía a Quito para que haga un tratamiento con lacas y selladores. Posteriormente, Muñoz se encarga de pintar con acrílicos.
Esta pareja abrió hace siete años el local denominado Allichay Artesanías, “que significa algo bonito”.
Tienen su almacén en el Centro Municipal de las Artes, ubicado en el Centro Histórico de la capital azuaya. En ese espacio funcionan 82 locales artesanales vinculados con las etnias ecuatorianas.
Allí, los artesanos elaboran macanas, polleras, sombreros de paja toquilla, tejidos a mano y en telares, cerámica, zapatos, bisutería y adornos elaborados en cuero, madera, tallados, vidrio, entre otros.
El precio de las cajas de té de Allichay Artesanías varía dependiendo del número de espacios para las bolsas de té. Las que tienen uno cuestan USD 10, las de dos valen 17, las de tres espacios 20 y las de cuatro 26. Además, pueden elaborar más grandes de acuerdo con las necesidades del cliente, asegura Muñoz.
En el caso de los joyeros, los precios varían entre USD 4,90 y 50, dependiendo del tamaño y del diseño. Los portallaves, en cambio, cuestan desde USD 6 hasta 12. “Estos son los objetos demandados”.
Sus principales clientes son extranjeros estadounidenses o europeos o ecuatorianos que viajan al extranjero y quieren llevar regalos para sus familiares, que son emigrantes. Estos últimos también le compran para llevar a sus amistades. “Les gusta los motivos indígenas y la calidad del producto”.
A diario comercializa unas 10 cajas Julio y agosto y diciembre son los meses de mayor demanda y las ventas se duplican, dice Muñoz. Según ella, también dibuja a otras etnias ecuatorianas cuando sus clientes le solicitan.