Las estructuras metálicas han sido utilizadas en la arquitectura desde la primera mitad del siglo XX. A partir de estos materiales se han creado grandes edificios.
Los sistemas estructurales son elaborados con acero para realizar construcciones ligeras y resistentes. La razón son las propiedades físico-mecánicas, explica Violeta Rangel Rodríguez, docente y coordinadora de la Maestría en Gerencia de Proyectos BIM, Universidad Internacional SEK.
El acero permite aprovechar el espacio porque sus elementos son más pequeños y la distancia entre ellos es mayor. Eso se traduce en una mayor libertad para el diseño.
El bajo costo es otro factor que contribuye al uso del acero como material estructural. Se suman a estas ventajas la rapidez constructiva, las menores dimensiones de las cimentaciones, la eficiencia en el aprovechamiento del material.
El acero es considerado el material más versátil de la industria de la construcción y sus beneficios se resumen en términos de resistencia, durabilidad, poco peso, regularidad de los elementos, maleabilidad y simplicidad en la técnica constructiva.
¿Cuándo recurrir al acero estructural como sistema constructivo? Cuando se requiera mucha iluminación en el interior, el diseño implique formas curvas y orgánicas y al demandar precisión en la forma y tamaño de los elementos.
Rangel explica, además, que la estética de las estructuras metálicas se asocia a lo industrial. Esto se debe a que los sistemas estructurales por excelencia de los espacios con grandes luces como fábricas y estadios son elaborados con acero y hierro.
Recomiendo el uso de estructuras metálicas para edificios, ya que además de ser más livianos que la estructura en hormigón (material convencional en las construcciones), es un material de fácil transporte y aplicación, porque permite un mayor crecimiento vertical por su ligereza, explica el arquitecto Pablo Salazar.
El experto indica que el acero se ha convertido en una tendencia que ha permitido incrementar la altura de las edificaciones a escala mundial.
Por otro lado, este valor de apariencia migró durante la revolución industrial a la estética de las casas y edificios que no tenían grandes luces. Sin embargo, esta percepción ha cambiado en la actualidad orientando la frialdad del acero hacia una estética contemporánea y de vanguardia.
Los arquitectos contemporáneos explotan las cualidades visuales y perceptivas del acero cuando lo combinan con madera, piedra y ladrillo de adobe o arcilla. Lo consideran un material noble que ha aportado valor a la formación de corrientes arquitectónicas del presente y futuro, concluye Rangel.