El 2021 fue el segundo año que estuvo marcado por la pandemia del covid-19. Sin embargo, las noticias referentes al nuevo coronavirus ya no se referían a las víctimas que cobraba la mortal enfermedad, sino cuándo se aplicaría la vacuna contra el SARS-COV-2 en los distintos países del mundo.
A las noticias del avance de la inoculación masiva le siguió el anuncio de las distintas actividades que se retomaban tras la estabilización de los contagios y el aparecimiento de las variantes. Los usuarios tenían preguntas al respecto sobre nuevos síntomas o si serían resistentes las mutaciones.
En medio de esa nueva cotidianidad, marcada por la conexión tecnológica para clases virtuales, teletrabajo…la caída masiva de las redes sociales Facebook, WhatsApp e Instagram hizo que por un momento las personas dejaran de hablar de los efectos de la pandemia en la salud y discutieran sobre la dependencia de esas plataformas para mantenerse en contacto con otros ciudadanos.
Cuando parecía que se podía retomar una normalidad en el país por los efectos de las vacunas, un hecho violento enlutó a la ciudadanía ecuatoriana: el asesinato del deportista olímpico Álex Quiñónez. El ataque, del que fue víctima uno de los hombres más veloces del mundo, puso en escena la ola de crímenes que sufre Guayaquil y ha motivado al Gobierno a desplegar los miembros de la fuerza pública para combatir la inseguridad.
Un hecho inusual y que causó expectativa mundial fue la caída de un satélite chino que hizo temer sobre los posibles daños que pudo ocasionar si caía en un lugar poblado de la Tierra.
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